Lucas 17, 11-19 

"Los otros nueve, ¿dónde están?"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Aprovechando el viaje de Jesús a Jerusalén nos presenta Lucas el "seguimiento de Jesús" como
el camino a Jerusalén, donde enfrentará su Pascua. ¿Que si encuentran dificultades?
- Tienen que cruzar Samaría, tierra extranjera e impura para los judíos. Tierra de misión, diríamos hoy.
- Al iniciar el paso por Samaría envía Jesús mensajeros delante para que preparen alojamiento.
- Los samaritanos no reciben a estos mensajeros, sabedores de la intención de Jesús de ir a
Jerusalén.
-Reacción de los discípulos: quieren destruir a los samaritanos con fuego bajado del cielo.
-Reacción de Jesús: les reprende seriamente por ese espíritu de venganza.


Recordemos que Lucas en sus escritos valora positivamente a Samaría y a los samaritanos.
La escena se desarrolló así: Salen al encuentro de Jesús los diez leprosos. La Ley exige al leproso
curado de su lepra, presentarse a los sacerdotes para que le extiendan el "certificado de curación" y
hacer los sacrificios de acción de gracias.


Jesús los manda a los sacerdotes, como si ya estuvieran curados, y en el camino quedan limpios.
Sólo uno, samaritano, vuelve a Jesús glorificando a Dios. Este, además de ser curado de la lepra,
recibe el Evangelio de la gracia. Sólo éste se encuentra realmente con Jesús. Los nueve restantes
quedan presos de la Institución: cumplen la Ley pero no dan gracias a Dios ni se encuentran con
Jesús. Al samaritano no lo salva la Ley sino la fe. Por eso le dice Jesús: "Levántate y vete, tu fe
te ha salvado".


Tres palabras importantes en la vida del seguidor de Jesús:
1° Misericordia: como la de Jesús, que levanta y libera, porque hace suyo el sufrimiento ajeno
y carga con él."
2° Fe, que acepta con alegría la presencia de Dios en nosotros, como Padre que nos ama. Jesús nos
dice que "sólo los que tienen fe pueden ser curados".
3° Agradecimiento, como respuesta de un corazón agradecido a quien se entrega por nosotros a la
muerte para que tengamos vida, haciéndonos para siempre hijos de su mismo Padre. Por eso,
agradecidos abrimos el corazón a los hermanos por caminos de reconcicliación y de perdón.


El Obispo Casaldáliga nos describe la escena de los diez leprosos, curados por Jesús, así:
"Eran diez leprosos. Era / esa infinita legión, / que sobrevive a la vera /
de nuestra desatención. / Te esperan y nos espera / en ellos, Tu compasión.
Hecha la cuenta sincera: / ¿Cuántos somos? / ¿Cuántos son?
Leproso Tú y compañía, / carta de ciudadanía / nunca os acaban de dar.
¿Qué Francisco aún os besa? / ¿Qué Clara os sienta a la mesa?/¿Qué iglesia os hace de hogar?