Marcos 10, 17-30 

Festividad de Nuestra Señora del Pilar

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Hermoso el comentario de Gustavo Gutiérrez. Dice así:
"La Palabra de Dios nos pone al descubierto ante sus ojos y ante los nuestros.
1) En camino: La imagen del "camino" es central en el evangelio de Marcos. Estamos ante el tema
del seguimiento de Jesús. En ese sentido va la pregunta de aquél, que únicamente Mateo llama 
"el joven rico"; para Marcos (y Lucas) parece más bien tratarse de una persona mayor, que pregunta
cómo heredar la vida Jesús comienza por remitir a Dios, su bondad está al inicio de todo. Esto
equivale a resumir la primera tabla de los mandamientos. Enseguida enuncia explícitamente los
correspondientes a la segunda tabla, con un añadido importante (que sólo se encuentra en Marcos):
"No estafarás". La frase es así como un sumario del listado que se recuerda. Se trata de la condición
mínima, que se plantea al creyente. Con sencillez el rico dice que todo eso lo ha observado (v. 20); no
hay nada de arrogante en esta afirmación. Esa era la convicción de los sabios de la época: la ley
puede ser cumplida plenamente.
Pero seguir a Jesús es algo más exigente. Con afecto el Señor lo invita a ser uno de los suyos. No
sólo debe abandonar la riqueza; hay que entregarla a los pobres, a los necesitados. Esto lo pondrá en
condiciones de seguirlo (v. 21). No basta respetar la justicia en nuestras actitudes personales, hay que
ir a la raíz del mal, al fundamento de la injusticia: el ansia de acumular riqueza. Pero dejar sus
posesiones le resultó una experiencia muy dura al preguntante; como muchos de nosotros prefirió una
vida creyente resignada a una cómoda mediocridad... 
Jesús aprovecha la ocasión para poner las cosas en claro con sus discípulos: el apego al dinero y el
poder, que él otorga, es una dificultad mayor para entrar en el Reino. La comparación, que sigue, es
severa; algunos han querido suavizarla pretendiendo -por ejemplo- que había en la ciudad una puerta
pequeña llamada "el ojo de la aguja". Bastaba entonces al camello agacharse para poder entrar.


2) Espada de doble filo: Los discípulos, en cambio, entendieron bien el mensaje. El asunto se les 
presenta poco menos que imposible. Paasar por el ojo de la agja significa poner su confianza en
Dios y no en las riquezas. No es fácil ni personalmente ni como Iglesia aceptar este planteamiento;
siguiendo a los discípulos nos preguntamos:"¿Entonces, quién puede salvarse? (v.26) El dinero da
seguridad, nos permite ser eficaces, decimos. El Señor recuerda que nuestra capacidad de creer
solamente en Dios es una gracia (v. 27).


Como comunidad de discípulos, como Iglesia debemos renunciar a la seguridad que da el dinero y el
poder. Eso es tener el "espíritu de sabiduría", aceptar que ella sea nuestra luz. A la sabiduría 
nos lleva la Palabra de Dios. Como creyentes, como Iglesia, "¿seremos capaces de pasar
por el ojo de una aguja?"


Celebramos hoy la fiesta de la Virgen del Pilar. Ella sí que lo dejó todo para seguir a Jesús. Por
eso se declaró la esclava del Señor y su vida toda la dedicó a servirnos a todos sus hijos movida 
por su amor de Madre. ¿Si nos pareciéramos a ella siendo servidores de los más débiles?