Lucas 11, 47-54 

"Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Continúa la polémica de Jesús con los escribas y fariseos.
Les acusa ahora Jesús a los doctores de "haberse adueñado de la llave del saber de Dios", que
identifican con sus propios intereses.


También nosotros podemos correr ese mismo riesgo, ese mismo peligro. Me explico: el mensaje de
Jesús está condicionado por la pequeñez e insignificancia (a veces la ruindad) de cuantos lo enseñamos
o comentamos. ¡Cuidado con no hacer de la mediación una manipulación sesgada e interesada!
La confrontación de Jesús con los dirigentes judíos se vio precedida por la historia (con final martirial)
de los profetas del Antiguo Testamento y se continuará igualmente a lo largo de la historia de la Iglesia.
Nos lo confirma el testimonio trágico de Jesús (con su muerte en la cruz) y de todos los mártires, que
han sufrido y hasta han sido capaces de entregar su vida por su honestidad y solidaridad con las causas
justas de los pobres de la tierra. Su martirio no ha sido en vano. Recogido, asumido por Jesús, recibe su
culminación en la su Pascua gloriosa.


El creyente en Jesús, que vive amenazado por la violencia de este mundo, ha de confiar siempre en la
fuerza del Evangelio. Recordamos estas bellas palabras del Obispo Casaldáliga:
"Porque creemos que su Reino avanza
más allá del pecado y de la muerte,
hablemos y vivamos de esperanza".


Celebramos hoy el XXV aniversario de la elección como Papa de Juan Pablo II, un hombre de hoy,
entregado en su totalidad a servir a los más débiles, como hizo el Maestro Jesús. Cuando vemos en
estos momentos a un Juan Pablo II debilitado íntegramente, mermado físicamente por tanta enfermedad
y dolor, avejentado también por los años, ELEVAMOS NUESTRA PLEGARIA AL PADRE DIOS PARA
QUE LE FORTALEZCA EN SU TAREA PASTORAL Y LE BENDIGA EN ABUNDANCIA. 
¡Gracias, Juan Pablo II, por el testimonio de amor, entrega y servicio, que nos ofreces!