Lucas 14, 12-14 

"No invites a tus amigos sino a pobres y lisiados" 

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Primero, se nos da la lista de "no invitados": amigos, hermanos, parientes, vecinos, ricos, etc.
Después, la lista de "invitados": todos los pobres: inválidos, cojos, ciegos, etc. En concreto, 
personas a las que la sociedad "no valora", no tiene en cuenta y margina.


¿Que cómo se componen estas listas? Por la posibilidad de retribución, es decir, de pagar, de
corresponder de alguna manera, pues toda invitación (en este mundo, en esta sociedad), tiene un 
precio. Es la "Ley del Comercio", actualmente vigente para todo. Dios piensa de otra manera muy
distinta y cuestiona, mejor "maldice" el lucro imperante de nuestra sociedad totalmente comercializada.
Dios es todo gratuidad, que surge de su misericordia infinita.


"Amar" significa aquí "invitar a comer" sin esperar nada a cambio. El Reino de Dios es una fiesta a
la que se invita precisamente a los que "aquí abajo" pertenecieron siempre a los excluidos. Por eso,
Jesús nos dice en directo a lo claro; "No invites a los que te pueden recompensar". "No ames por
interés; no busques (consciente e inconscientemente) recompensa a tu amor...". Con estas palabras
nos recuerda Jesús que nuestro amor debe ser siempre -como el suyo- desinteresado; que nunca sea
la recompensa el motor de nuestro amor y que no dejemos de amar a nadie, porque no puedan
pagarnos... Por todo ello, para seguir el ejemplo de Jesús, la evangelización hoy debe comenzar en la
mesa de los alejados para terminar en la mesa de la Eucaristía.


Para que nos ayuden a la reflexión, les y me recuerdo:
1° No ames por interés, no busques recompensa a tu amor: "Tu Padre, que está en lo secreto, es quien
te recompensará".
2° Santa Teresa de Jesús nos recuerda: "El amor perfecto tiene esta fuerza: que olvidamos nuestro
contento para contentar a quien amamos".
3° De Eric From son estas palabras: "Amor inmaduro: te amo, porque te necesito.
Amor maduro: te necesito, prque te amo."
4° San Juan de la Cruz: "Mi alma se ha empleado / y todo mi caudal en su servici.
Ya no guardo ganado, / ni ya tengo otro oficio:
que ya sólo en amar es mi ejercicio".