Marcos 6, 53-58 

"Le llevaban enfermos y sanaban"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Recorre Jesús con sus discípúlos las comarcas ribereñas del lago de Genesaret, en las que el judaísmo oficial tiene escasa influencia. Ya ha dado de comer a la multitud que le seguía en la Primera Multiplicación de panes y peces. Lo han visto después caminar sobre las aguas. Las cosas a Jesús le han ido mal en sus visitas a las sinagogas: sus enemigos -los fariseos- le van tendiendo un cerco. Y Jesús no pasa ya por ellas. Entra con libertad en todos los lugares (aldeas, pueblos, caseríos, etc.) y todo el que se acerca a El se siente curado, salvado.


Hoy le traen enfermos en camillas, que quieren, al menos, tocarlo. Reconocen en El un poder sanador admirable: si logran tocar el fleco de su manto, saldrán curados. 


La fe de la gente sencilla y enferma obtiene de Jesús su curación. La hemorroísa busca tocarlo sin que él lo advierta. Aquí no; son los mismos enfermos los que le suplican que permita que le toquen su manto. Todo esto sucede en la Galilea, despreciada por los fariseos, en un día cualquiera (no en el día sagrado del sábado), fuera del espacio sagrado del templo y de la sinagoga. Así, los excluidos son liberados. De esta manera llega a ellos el amor gratuito del Padre Dios. Y son ellos los primeros que se benefician del proyecto revolucionario de Jesús. El amor desbordante del Padre llega a ellos a través de Jesús. Todo es gracia. No puede comprarse, como decían y querían los fariseos, con ritos, ofrendas o sacrificios ni se debe tampoco a méritos personales.


La Iglesia ha seguido siempre esta entrega de Jesús a los enfermos. Cantidad de cristianos -misioneros, religiosos, voluntarios- comprometidos, dejan todo y luchan en los lugares más alejados contra los lacres de la sociedad: sidosos, desnutridos, hambrientos, etc. Y lo hacen or la fuerza (gracia), que reciben de Jesús. Y entregan lo mejor de su vida y por amor al cuidado de los más excluidos de la tierra.


Buen prólogo para la celebración de la Jornada Mundial de los Enfermos, que recordaremos mañana, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.