Marcos 1, 40-45 

"Quiero, queda limpio"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Al principio de su predicación, predica Jesús en las sinagogas, lugar de encuentro, de escucha de la palabra de dios y de oración.
El leproso es un ser marginado; su enfermedad inspira temor y distancia (como nos ocurre hoy con los enfermos de sida) y, además, está considerado pecador. Sufre la enfermedad y la exclusión social, pues se ve obligado a vivir apartado de la sociedad, fuera del pueblo. Cuando alguien se acerca, tiene que gritar diciendo que es un impuro. Este leproso -contra todas las reglas- se acerca a Jesús: "Si quieres, puedes limpiarme", le suplica humildemente. Jesús se compadece de él, hace suyo su sufrimiento, se acerca al leproso y lo toca con la mano, arriesgando su propia salud: "Quiero, queda limpio". Le cura físicamente y deja de ser un excluido incorporándole a la sociedad.
¿Qué nos dice a nosotros?
1) Sentir como propio el dolor ajeno, hacerlo prójimo y cercano a nosotros. Saber que esto nos va a ocasionar problemas y dificultades. Por eso, en cantidad de ocasiones preferimos amar siempre que no tenga costos ni riesgos para nosotros.
2) No abrir el corazón a los demás, no dar la mano a los marginados, escandaliza a los no creyentes. Sólo el amor y la entrega total pueden llegar al corazón de los no cristianos. Necesario seguir el ejemplo de Jesús que, con su mensaje y su entrega radical, nos cuestiona.
3) Examinar nuestro comportamiento con los marginados. Reconocer que, por ejemplo, a los gitanos y emigrantes -especialmente africanos- los queremos lejos de nosotros. Nos los quitamos "como moscas", que molestan. Siempre sospechamos de ellos."Sudacas", les llamamos a los latinoamericanos despectivamente.
Para que de una vez aprendamos a convivir con todos, recordar el ejemplo de Jesús: se acerca a un "impuro", viola la Ley tocándolo y lo reintegra a la sociedad civil y religiosa. El que desprecia y margina al hermano, es "impuro" para Jesús. La acogida con amor al que más lo necesita es lo único que nos puede hacer "santos". ¿No será que todavía estamos bastante corrompidos?
¿Cuándo se convertirá nuestra comunidad en "hogar" de los excluidos?