Juan 6, 24-35 

"El que viene a mí no pasará hambre"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

 

- Se abre el capítulo 6° de Juan con el relato de la multiplicación de los panes. Hoy, en el evangelio, se analiza
en profundidad este gesto de Jesús. Se trata de signos de Jesús, acciones del Señor, que nos expresan el amor
gratuito de nuestro Padre Dios.
- La gente busca a Jesús, pero El quiere que comprendan la totalidad de su mensaje, sellado por Dios, su Padre.
Inicialmente, el pueblo sigue a Jesús, porque les daba el alimento que necesitaban. Poco a poco el pueblo se va
abriendo a la enseñanza de Jesús y está dispuesto a hacer las obras que Dios quiere.
- Jesús les dice que la primera obra, que deben hacer, es tener fe en El, reconocerle como enviado de Dios. De
esta fe en Cristo reciben las otras obras su sentido pleno. Así se presenta ante ellos el Señor como el pan de
vida. De toda vida. Y este pan no es como el maná, que comieron sus padres en el desierto, y murieron. El
alimento, que reciben ahora de Jesús, debe traducirse en obras, pues son signos que expresan el pan que da
vida al mundo y vida eterna, que no muere. En él debemos creer.
- Nos dice Jesús: "No trabajéis por el alimento que perece sino por el que perdura dando vida.
1) Natural, porque lo que interesa es la vida. Y ésta no depende de que pueda caminar en bicicleta o en coche.
2) Lo que interesa es tener vida, no tener dos prendas de vestir de buen paño. Con ir vestido sencillamente,
es suficiente.
3) Lo que interesa es tener vida, no tener en casa una calefacción tan buena que te obligue a estar en mangas
de camisa, o un aire acondicionado tan intenso que tengas que ponerte en verano ropa de abrigo.
4) Lo que interesa es saber vivir, no disfrutar del mejor cogñac o de los licores más caros.
Si no descubrimos esto, nos pasaremos la vida amontonando cosas que, después de conseguidas, no nos
dejan vivir y nos llenan de inquietud, agobio, preocupación por darles un destino interesado. Son las drogas, 
que adormecen nuestra conciencia. Y si no conseguimos esas cosas, nos deprimimos y las ambicionamos más.
El trabajo, que Dios quiere, y que nos interesa a nosotros, consiste en descubrir el sentido de la vida humana,
el proyecto de Dios, que es el verdadero pan, que nos da vida.
¿Para qué nos sirve tener tantas cosas, si estamos vacíos por dentro? Tenemos que interesarnos por lo que
merece la pena. Los mesías, que prometen abundante pan e ilusiones de una vida montada sobre el consumismo
desenfrenado, nos engañan. El quid de la vida está en las palabras de Jesús: "Yo soy el pan de la vida. El que 
viene a mí no pasará hambre y el que cree en mí no pasará nunca sed".