Mateo 17, 22-27 

Para no dar mal ejemplo, paga el impuesto

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Dos hechos bien diferentes nos relata el Evangelio de hoy:
1) Anuncio de su muerte: Apunta a los días finales, que pasa en Jerusalén. En varias ocasiones
les habló de su muerte, pero en ningún momento la presentó como accidente, que tirara a la borda
sus proyectos. La acepta, incluso la desea, como medio de glorificar al Padre y de reconciliar a
los hombres.
2) Pago del impuesto, que pagaban todos los judíos. El pago del impuesto sólo nos lo describe
San Mateo. Se destaca el protagonismo de Pedro y la invitación de Mateo a los miembros de la
comunidad judía para que solucionen pacíficamente sus diferencias sobre las distintas maneras de
entender el mensaje cristiano, que se daba entre judíos y gentiles.
Jesús se aloja en casa de Pedro, en Cafarnaún. Les da verguenza a los cobradores ir con este
asunto a Jesús y se lo dicen a Pedro. Realmente, si estos cobradores son judíos religiosos, 
observantes de la Ley, les interesa conocer lo que piensa Jesús sobre este impuesto religioso,
que debían dar anualmente los varones mayores de 20 años para pagar los sacrificios públicos en
el Templo. Al pagarlo, se identificaban como miembros de la comunidad judía. Preguntan a Pedro
si paga Jesús, porque se dudaba de la obligación de pagar a los sacerdotes y rabís.
Son incapaces de descubrir en Jesús al Hijo de Dios, aunque El se lo intente hacer comprender.
Como Jesús observa la Ley, no quiere provocar ningún conflicto con las autoridades religiosas ni
quiere escandalizar al pueblo. A Pedro, buen pescador, le invita que pague por los dos.Y le dice
el medio: el pez, que va a pescar, es también un don gratuito de Dios. La obediencia de Pedro a la
palabra de Jesús le une más a El y le acompaña más convencido y fuerte por el camino de la Pascua
El ejemplo de Jesús nos enseña, nos exige cumplir con nuestros deberes sociales y políticos de la 
sociedad en que vivimos.