Juan 14, 27-31 

"La paz os dejo, mi paz os doy"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

La "paz" en la Biblia: -NO es: -un "estado de bienestar" 
-una "ausencia de conflictos".
-SI es: -un "estado de plenitud", de felicidad,
-un "regalo" del Resucitado para los amigos.
En el A.T. el deseo de paz era como fórmula de bendición en el culto de Jerusalén.
La "paz", que nos deja Jesús: -NO es: -la paz, que nos garantizan los poderosos,
-ni la "ausencia de conflictos",
-no es cualquier paz.
En el N.T. aparece ya: -en el Nacimiento de Juan y Jesús,
-en la Resurrección de Jesús.
Jesús da la paz a sus discípulos antes de anunciarles su muerte, obra del Maligno.
Jesús, después de su Resurrección, ofrece la paz a los discípulos, llenos de temor y de miedo.
Esta paz de Jesús: -es algo más que un saludo,
-es su propia fuerza que, unida a la del Padre y del Espíritu, reconforta y anima,
-es una comunicación sacramental que, con su fuerza, reunificará a la
comunidad en sus contradicciones.
Así, esta paz viene como asociada a momentos especiales de gracia mediante una energía divina,
que el Padre nos envía. La paz, que hoy nos ofrece Jesús, es, por consiguiente:
-no sólo un saludo de cortesía, de educación,
-sino una confirmación de su presencia: -para no perder la esperanza,
-para fortalecer la fraternidad.
-NO es sólo una ausencia de guerra,
-SI es obra de la justicia y sólo aparece en la medida en que la justicia se va abriendo camino,
-Si es un estado de gracia, que posibilita nuestro acercamiento a los demás como hermanos.
Todos estos últimos días hemos palpado estos deseos: necesidad de paz, como el gran grito/clamor 
del pueblo sencillo, en contra de los poderosos de la tierra, que hacen la guerra y comercian con ella
buscando poder, dominio, riquezas.
No les importa que, como siempre, sea el pueblo llano y sencillo el que sufra las consecuencias.
Ojalá aprendamos la lección de una vez para siempre. ¡Y HAGAMOS POR VIVIR EN PAZ!