Marcos 6, 17-29 

Martirio de San Juan Bautista

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Rumores inquietantes en Herodes y en el pueblo judío al ver a Jesús anunciando la Buena Noticia:
-unos confunden a Jesús con Elías, profeta del siglo VIII antes de Cristo.
-otros creen que es alguno de los profetas del pasado...
-Herodes cree que es el mismo Juan Bautista, que había vuelto a la vida.


Y en ese instante introduce Marcos un impresionante relato del martirio de Juan Bautista, lleno 
de detalles pintorescos: fiesta del cumpleaños de Herodes, baile de Salomé, etc. Lo recordamos 
ahora más detenidamente. Ocurrió así:
Siempre había respetado Herodes a Juan Bautista, pero es prisionero de su ambiente y también de 
sus vicios. La Biblia nos dice que el sexo debe estar siempre al servicio del amor. Por eso, Juan 
Bautista no puede hablar de justicia sin recordar, especialmente a los grandes y poderosos de 
entonces -empezando por el propio Rey Herodes- las exigencias del compromiso matrimonial.
De ahí que Juan reprenda a Herodes por vivir con Herodías, la mujer de su hermano. Herodes 
se harta de tantas reprensiones, detiene a Juan Bautista y lo manda a la cácerl.


Con motivo del cumpleaños de Herodes se celebra una GRAN FIESTA. Organiza un banquete al 
que invita a toda la Corte, a los tribunos romanos y a los personajes principales y poderosos de 
Galilea. En el momento culminante de la fiesta sale a bailar Salomé, la hija de Herodías, una joven
y provocativa de pies a cabeza. Salomé se da cuenta de que Herodes no le quita la vista y de 
que gusta a todos despertándoles sus apetitos sexuales. Y procura seguir provocando en mayor 
grado. Al final, Herodes se da por vencido: quiere complacer a la joven Salomé y le promete que 
le dará cuanto le pida, aunque sea la mitad de su Reino. Salomé se acerca a la "pájara" de su 
madre, Herodías. Y esta mala pécora le dice a su hija Salomé que pida a Herodes la cabeza de
Juan Bautista.Herodes manda decapitar a Juan Bautista. Y la traen su cabeza en una bandeja.
Después de la muerte de Jesús dudo que la humanidad haya cometido una barbaridad más 
salvaje, como la muerte de Juan Bautista. La historia se sigue repitiendo: los profetas han muerto,
o con un cuchillo en la garganta, o con una cruz sobre sus hombros, o con una bala en la cabeza, 
o con una soga al cuello, etc., pero no así, tan bárbaramente decapitado, como lo fue Juan
Bautista. Por eso, no queremos nosotros tener "vocación de profetas".