Juan 16, 16-20 

"Vuestra tristeza se convertirá en alegría"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Varios contrastes nos llaman la atención: ver-no ver, llorar-alegrarse. Estas situaciones se
invertirán "dentro de poco".
Para los discípulos, el hecho de la partida de Jesús va a ser de momento negativo por la
inseguridad, que les origina. A pesar de todo, esta ausencia tiene que darse, porque de ella va
a depender la madurez y sobre vivencia de las primeras comunidades.
Quedan sorprendidos por las palabras de Jesús, pues no comprenden aún lo que quiere decir "me
voy al Padre. Jesús sólo les ha querido decir, a pesar de lo mal que se van a sentir por su ausencia,
que su fidelidad en el seguimiento por la Causa del Reino, debe ser una opción libre, que irá
madurando gradualmente en un proceso interior y personal.
A todos se nos da un tiempo, no para asustarnos sino para que llenemos la vida de acciones, que
enriquezcan nuestra existencia y la siembren de valores perennes.
Jesús ha asimilado el valor del tiempo y no le asusta el paso del mismo, aunque se tenga que 
enfrentar con la muerte. Sabe que le queda poco y que lo ha llenado todo con las obras y palabras
de su Padre.
No hay que temer al tiempo ni a sus posibles estragos. Lo que para algunos puede ser un tiempo
catastrofico, puede convertirse en el tiempo más hermoso, que nos permita participar en la
Resurrección de Jesús. De nosotros depende que el tiempo sea nuestro aliado y hermano. Sólo es
necesario cargarlo de contenidos de vida y resurrección.
Casaldáliga decía bellamente:
"Es tarde, / pero es nuestra hora.
Es tarde, / pero es todo el tiempo / que tenemos / para hacer el futuro.
Es tarde, / pero nosotros somos /esa hora tardía.
Es tarde, / pero es madrugada, / si insistimos un poco."