Mateo 23, 1-12 

"El primero entre vosotros será vuestro servidor"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Cuando escribe el evangelista Mateo, los cristianos debían soportar sufrimientos y humillaciones del
fariseísmo, entronizado como única autoridad del pueblo después de la destrucción de Jerusalén
el año 70 d.C. por obra de los romanos. Y, sin Templo, quieren los fariseos preservar la unidad 
religiosa intentando congregar a todo Israel en torno a la "Ley de Moisés" interpretada por ellos
autoritaria y abusivamente.

Además, sabe Mateo que las comunidades judeocristianas de Siria conocen los daños, que puede
causar una autoridad mal ejercida. Por eso, todo el pasaje debe ser leído teniendo en cuenta este
doble frente. Condena de la autoridad farisea y condena de algunos dirigentes de las primeras 
comunidades judeocristianas. CONCLUSIÓN. Toda autoridad debe ejercerse según la voluntad 
salvífica de Dios.

En la condenación de los fariseos "dicen pero no hacen" se manifiesta su falsa religiosidad opuesta
a la de Cristo: 

 

1º La obligación religiosa es transferida a otras personas y descuidada en la propia.

A diferencia de Jesús, cuya "carga es liviana", los fariseos imponen a los demás pesadas cargas.

2º Se critica la ostentación, que hacen del cumplimiento de la Ley. Así, hasta en su
indumentaria aparecen con "distintivos y borlas grandes en el manto", haciendo alarde de su
piedad y dedicación a Dios. Y así buscan los primeros puestos en banquetes y sinagogas.

3º Inmediatamente se detalla cómo el sentido auténtico de una conducción según
el designio de Dios consiste en el rechazo de todo privilegio, ya que la comunidad cristiana debe
entenderse como una fraternidad, donde cada función se pone en referencia a Jesús y a su Padre.

4º Por ello, se excluyen tres títulos honoríficos utilizados erróneamente por los
fariseos: nuestro, padre y director. Los tres revelan el intento de sentirse superiores a los demás
miembros de la comunidad, cuando, en realidad, la grandeza de la comunidad según Cristo se
manifiesta en la capacidad de servicio de cada uno. De esta manera, el centro de la comunidad
le corresponde al pequeño y a sus necesidades.

5º Es llamada urgente al ejercicio de la autoridad por medio del servicio humilde y
desinterasado, dicha así: "El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".


En esta sociedad alternativa, propuesta por Jesús, quedan abolidos títulos y honores, atribuidos
a personajes considerados principales.

6º Así nos invita el texto a revisar el comportamiento comunitario de los líderes de
la Iglesia y sopesar su capacidad de expresar estas exigencias, que Jesús les pide, les exige.