Mateo 21, 33-43 

"Arrendará la viña a otros labradores"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

A través del evangelio nos presenta Jesús un balance de la historia de Israel, obcecado frente al mensaje
divino. Los dirigentes del pueblo se han resistido repetidamente y de modo creciente a "dar frutos" 
a Aquél a quien correspondían. Su actitud ha sido la de una "apropiación" indebida, para la cual no ha
excluido el uso de la violencia -hasta la muerte- sobre los profetas y enviados divinos.
En esta parábola se nos describe con claridad el rechazo pasado y presente al reconocimiento del
señorío de Dios por parte de los dirigentes de Israel. Lo desmenuzamos así:
-La viña no representa a Israel sino al Reino de Dios.
-Los arrendatarios representan a la clase dirigente de Israel, verdaderos grupos de poder, defensores
siempre de sus intereses y que intentan adueñarse de la misma viña, aunque pare ello tengan que
matar al heredero (al hijo).
-Los criados representan a los profetas y otros enviados de Dios: son rechazados y asesinados.
-El dueño de la viña, al Padre Dios, que envía a su propio Hijo (Jesús) dándoles la última oportunidad
de reconocerlo y cambiar de vida.
-El Hijo enviado muere, mejor dicho, es asesinado por la maldad de los arrendatarios.
Los interlocutores de Jesús, pertenecientes a la clase dirigente de Israel, deben sacar las
consecuencias de la actuación de los labradores. Así pronuncian una valoración ética sobre ellos
calificándolos de "malvados" (v.41) y dictaminan la doble sentencia merecida por su actuación: los 
"hará morir de mala muerte a esos malvados" y "arrendará la viña a otros labradores".
El proyecto de Jesús se resume, por tanto, en dos hechos concretos:
-resucitar a su Hijo, haciéndole Piedra angular;
-ofrecer su Reino a otro pueblo, nuevo y creyente, que descubra en Jesús su fundamento y base
de este nuevo estilo de vida.
Y agrega Jesús la enseñanza de la parábola en el plano moral. Para explicitarla se retoma la doble
sentencia anterior y se profundiza en el sentido de la misión de Jesús. Se identifica así a los
labradores con los jefes del pueblo. El "por eso os digo" del v.43 indica que los dirigentes de Israel,
rechazando a Jesús, han perdido la última oportunidad de dar a Dios lo que correspondía y, de esa
forma, han arrastrado a todo el pueblo en su infidelidad, como aparecerá claramente después en
el juicio frente a Pilatos. La segunda parte de la sentencia anuncia la transferencia de la viña, que
no se hará a "otros dirigentes" sino a un "nuevo pueblo, que produzca frutos" (v. 43).
Jesús, el Hijo del hombre, está dispuesto a dar su vida en rescate por todos. Nadie le quitó la vida.
El la entregó libremente. De El hemos aprendido a desvivirnos por los demás, a dar la vida por los
hermanos. En este momento debemos sumarnos a tantos cristian@s que, en los últimos años, han
optado por servir a la vida, aun a riesgo de perder o complicar las suyas. Entraríamos así en la
mejor tradición cristiana, confiados en la intercesión de tantos mártires, hermanos nuestros.
Y nos preguntamos: 1º ¿Cómo cuidamos nuestras vidas personales, familiares, comunitarias?
2º ¿Damos frutos abundantes y, llenos de gozo, aportamos para que otros los den también?