Mateo 13, 44-52 

"El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Los protagonistas de la parábola son:
-un agricultor, que descubre un tesoro en el campo y 
-un comerciante, que descubre una perla de gran valor.
Venden los dos cuanto tienen para hacerse con el tesoro y la perla respectivamente. Lo que 
encuentran, estaba oculto y se lo tasan muy alto, porque tiene un gran valor.
En días anteriores hemos visto cómo las parábolas giran siempre alrededor del Reino de Dios:
1) La plantación del Reino encontrará serias resistencias (sembrador).
2) Al final, sin embargo, triunfará (grano de mostaza y levadura).
3) Es necesario tener paciencia (paciencia) y no precipitar (adelantar) el Juicio final.
La parábola de hoy nos permite avanzar. Vale la pena abandonarlo (venderlo) todo para entrar en el
Reino. Por ello, estas parábolas del tesoro escondido y de la perla oculta NOS INTERPELAN:
-sobre nuestra comodidad y egoísmo, que nos impiden dejarlo todo para entrar en el Reino;
-sobre nuestras seguridades y miedos, que nos impiden arriesgarlo todo para poseer el Reino.
Y NOS INVITAN las dos parábolas a descubrir el Reino en la persona de Jesus, haciéndonos 
partícipes de él. Vale la pena despojarse de todo PARA ENTRAR EN EL REINO.
La novedad del Reino viene por medio de la palabra, acumulada en la historia del propio pueblo
por medio de sus valores, la cultura, el proyecto original en torno al cual se dio origen a Israel 
como pueblo, sus luchas y procesos en búsqueda de la justicia y su interpretación de la
historia desde un Dios liberador y la opción de este Dios por los más pobres y oprimidos de
esta sociedad. Esta oferta del reino, que propone Jesús, es una realidad que quiere hombres y
mujeres, capaces de incorporar los propios valores de la historia y la cultura a las nuevas realidades,
siempre impregnadas de justicia, que Jesús puso en marcha a partir del anuncio y la práctica
del Reino.
Muchos piensan que seguir a Jesús es sacrificarse, es negarse muchas satisfacciones en el plano
material, pero haciendo esto no consiguen el verdadero crecimiento espiritual; sólo crecen en 
vanagloria y se sienten superiores a los demás.
Si he descubierto que Jesús es el verdadero tesoro de la parábola, más que estar sufriendo, debo 
disfrutar de El en unión con los hermanos
Es importante que pensemos qué "bienes" -importantes para nosotros en la vida- nos están
impidiendo hacernos con el "campo", donde está el tesoro escondido.
Y NOS PREGUNTAMOS: ¿Qué actitudes en nuestra vida nos impiden descubrir la perla/tesoro
de gran valor, que es el evangelio de la vida?