Mateo 15, 1-2.10-14 

"La planta, que no haya plantado mi Padre, será arrancada"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Me sirvo del comentario del Diario Bíblico 2005: 
"El pecado ha sido identificado de diferentes maneras en cada etapa de la historia del pueblo de Dios.
En la época de Jesús el pecado era identificado con la impureza ritual, es decir, todas las faltas
contra la higiene del culto. Se reducía el pecado a las simples transgresiones higiénicas. Cualquier
isr "¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?" 
Jesús se despidió de la gente y subió a la montaña para orar a solas. Y. orando solo, pasó toda la
noche en oración. Nos impresionan estos retiros frecuentes en Jesús. ¿Qué le movería a retirarse?
¿De qué hablaría con el Padre? Verdaderamente un misterio.
Antes del amanecer se dirige a los discípulos. Estaba en el mar, subidos en la barca. Les había pillado
una tormenta y tenían mucho miedo. Se subraya repetidamente la presencia del temor en el corazón
de los discípulos. Primero, se trata del miedo al confundir a Jesús con un fantasma; luego, el mismo
sentimiento se atribuye a Pedro ante el mar, que amenaza sumergirlo. El miedo en los Apóstoles
nace de las dificultades que encuentran. Hoy está la barca en peligro y maltrecha por las olas. Ojalá
sepamos descubrir en esta teofanía la manifestación divina tranquilizadora y portadora de paz para
"los de la barca". 
Y sucedió lo extraño: Jesús se dirige a ellos para ayudarles y darles ánimo caminando sobre el 
agua. Todo un símbolo, que nos habla de su poder sobre el mar y también su poder sobre el mal
y la muerte.
El evangelio de hoy es todo un relato pascual. Tiene todos los rasgos de las apariciones, que hará
Jesús a sus discípulos después de la Rasurrección. Destaca la importancia que Mateo da a Pedro, que
intenta caminar sobre las aguas para salir al encuentro con Jesús. Y duda, vacila, cree que las aguas
aelita, que estuviera en contacto con extranjeros, enfermos o pecadores era considerado impuro, 
como si el pecado se transmitiese por contacto.
Jesús se opone a toda mitificación del pecado entendido como simple transgresión de las normas
culturales. El se ubica en la tradición de los profetas y del Deuteronomio, que descubrieron el pecado
como negación de la voluntad redentora de Dios. El pecado es toda injusticia, que quiebra la
auténtica relación con Dios, con los he Jesús despidió a la gente y subió a la montaña para orar a
solas. Y. orando solo, pasó toda la noche en oración. Nos impresionan estos retiros en verdad
frecuentes de Jesús. ¿Qué le movería a retirarse? ¿De qué hablaría con el Padre?
Verdaderamente un misterio.
Antes del amanecer se dirige a los discípulos. Estaban en el mar, subidos en la barca. Les había pillado
una tormenta y tenían mucho miedo. Se subraya repetidamente la presencia del temor en el corazón 
de los discípulos. Primero se trata del miedo "al confundir a Jesús con un fantasma"; luego, el mismo
sentimiento se atyribuye a Pedro ante el mar, que amenaza sumergirlo. El miedo en los Apóstoles
nace de las dificultades que encuentran. Hoy la barca está en peligro "maltratada por las olas" Ojalá
sepamos descubrir en esta teofanía la manifestación divina tranquilizadora y productora de paz para
"los de la barca". 
Y sucedió lo extraño: se dirige a ellos para ayudarles y darles ánimo caminando sobre el agua. Todo
un símbolo, que nos habla de su poder sobre el mar y también su poder sobre el mal y la muerte.
El evangelio de hoy es todo un relato pascual. Tiene todos los rasgos de las apariciones que hará a 
sus discípulos después de su Resurrección. Destaca la importancia que Mateo da a Pedro, que intenta
caminar sobre las aguas para salir al encuentro de Jesús y duda, vacila, cree que las aguas van a poder
con él. En Mateo siempre aparece Pedro como portavoz del grupo y con una misión especial.
En la escena, que nos describe rmanos y con la humanidad entera. Desde este punto de vista
"el pecado no es algo que venga de fuera, sino una opción por el mal". El pecado no está
reducido a un ámbito de la vida humana (culto, religión, sexo, etc.) por importante que éste sea, sino
que es una realidad que implica la totalidad del ser humano. Por esta razón Jesús llama "farsantes"
a los fariseos, porque en su tradicionalismo y deseo de ortodoxia no se dan cuenta que niegan la
esencia del mensaje divino y de que, además, conducen a otras personas por un barranco."