Juan 11, 19-27 

"Yo soy la resurrección y la vida"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Según nos cuenta el evangelista Juan, Lázaro, Marta y María eran amigos de Jesús. Se hospedaba en su 
casa, verdadero oasis para Jesús. Mantenía con ellos relaciones entrañables. Los tres conocían y amaban
a Jesús. Esta amistad le mereció a Marta y sus hermanos la dicha de contemplar muy cerca fisicamente
el rostro humano de Dios. Es cierto, sin embargo, lo que dijo Jesús: "A Dios nadie lo ha visto nunca."
Sólo el amor nos lo hace cercano. Y en Betania había amor, así como también sentimientos de 
hospitalidad y capacidad de servicio. En medio de esta familia judía, Dios/Jesús se hace presente. 
El evangelio nos presenta a una Marta impulsiva y terca, que recibe en su casa a Jesús. Ha muerto su 
hermano Lázaro y, por ello, sufre una crisis de fe al no haberse presentado antes el Señor.
Tras el diálogo con Jesús, su fe se fortalece. Se desarrolló así, tal como nos lo describe Juan:
- Marta le reprocha a Jesús que no hubiera llegado antes de la muerte de su hermano Lázaro, su amigo.
Sólo se lo reprocha, porque sabe que el Padre concede a Jesús cuanto le pida.
- Jesús la consuela afirmando que Lázaro va a resucitar.
- Marta entiende esta resurrección al final de los tiempos. Y tiene el don de arrancar de Jesús, con este
motivo, palabras sublimes, que nos sirven hoy de esperanza y consuelo. Son éstas: "Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá".
- Marta se da por vencida y hace una confesión de fe tan sincera que, también para nosotros, expresa 
a la perfección la fe de la Iglesia. "Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios."
Necesario que Jesús nos saque de la tumba y nos libere de todas las ataduras para tener actitudes de
vida con los demás en la entrega, servicio, amor de cada día y a todos.
Las amas de casa la tienen como Patrona. Y admiran en ella cómo:
-trabaja en casa sin levantar cabeza;
-es la más rápida y está siempre "al pie del cañón";
-y siempre... al servicio de Jesús y de los demás. Donde nos necesiten.