Mateo 25, 14-30

"Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Nos hablaba la parábola del evangelio de ayer de cómo no es suficiente la vigilancia expectante,
pero pasiva esperando la venida de Dios en la Historia. Es necesaria: una vigilancia activa; ahora
comprometida. Y damos un paso hacia adelante:
Hay que negociar el Reino: combatiendo los males, defendiendo la vida, alejando de la 
cultura dominante las falsas imágenes de Dios, negociando sin abandonarse a la rutina.


Las parábolas, también las de hoy, tienen esta sola asignatura: el Reino de Dios y el Dios del Reino,
como acontecimiento de nuestra historia personal y colectiva, y de un futuro siempre abierto.
Es un Dios, Rey y Señor de sus empleados, pero que actúa siempre a través de nosotros. Así, se
manifiesta como Dios, que actúa luchando contra las fuerzas de la injusticia que tanto hacen sufrir, 
y de una forma especial y más cruenta a los últimos.


Seguir a Jesús implica hacer su voluntad. Nadie, como Jesús, vivió para el Reino. Vivir para el Reino
exige conversión y hay que venderlo todo para adquirir el Reino. Desde este mismo momento 
vivir esa vida y actuar en consecuencia. Y reconocer que TODO ES GRACIA.


Jesús, en esta parábola, pone en guardia a sus discípulos frente a una infidelidad, que consiste 
en dejarse estar. Y la vigilancia en Mateo es espera activa y responsable.
Los siervos fieles hacen fructificar con su trabajo y esfuerzo los bienes, que se les han encomendado.
Por el contrario, son siervos infieles los que anteponen su propia tranquilidad o seguridad personal
al interés del dueño de acrecentar su hacienda y, todo, por ser egoístas y poco responsables, por pasarse
la vida mirándose el ombligo, es decir, POR PEREZA.


Se valora en esta parábola la mística del servicio y del trabajo personal en virtud de la esperanza
escatológica prometida. Cruzarse de brazos es ser infiel. En el Juicio Final nos preguntarán por los
pecados graves de omisión contra nuestros hermanos más pequeños. Porque, en definitiva:
"AL CAER DE LA TARDE NOS EXAMINARAN EN EL AMOR"