Juan 13, 21-33.36-38 

"Señor, ¿adónde vas?"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Abandono, traición, perseverancia: actitudes, que identifican a tres sectores del Grupo de los Doce:
1° En el abandono e incoherencia están Pedro y los otros discípulos. Todos ellos, capitaneados por Pedro. Cuando
caminan a Jerusalén, con gestos triunfalistas, manifiestan a Jesús su adhesión total y Pedro es capaz de ofrecer su
vida por Jesús. Y éste le replica: "Antes que el gallo cante me habrás negado tres veces". Y así pasa: cuando
huelen el peligro, le abandonan y le dejan solo.
2° La traición se personaliza en Judas, que entrega a Jesús a sus enemigos. ¿Motivos? Ambición de poder, confusión
por las enseñanzas y la vida de Jesús. Se ve igualmente defraudado ante la negativa de Jesús de ser un líder nacionalista.
Un poco de todo... El hecho es que, con su entrega, pone fin a la vida de Jesús.
3° La perseverancia se identifica con el Discípulo Amado. No sabemos con exactitud quién era, pero aparece siempre
´ muy próximo a Jesús por el gran afecto que los une y por ser el único, que entiende al Maestro, el únco que, con
constancia, lo sigue hasta el Calvario. Allí junto a María, la Madre de Jesús, y el grupo de mujeres presentes (más
valientes que los mismos Apóstoles), recibe de Jesús el encargo de cuidar de su Madre.
4° Entre las contradicciones de sus mismos discípulos nos ofrece esta lección maravillosa: "Cuando una obra está
marcada con la justicia del Padre, éste, junto con su Espíritu, se encargará de no dejarla morir. Es la fe en su Padre
la que lleva a Jesús más allá de la derrota. Y es la justicia de su Causa la que mantiene viva su esperanza.
5° Resulta fácil: a) Juzgar negativamente a los demás y escandalizarnos ante la traición ominosa de Judas y la
cobarde deserción de los discípulos y la inaudita negación de Pedro ante soldados y sirvientas. Una mirada a nuestro
interior y descubriremos en nuestras vidas múltiples traiciones al no asumir con coherencia nuestro compromiso
cristiano. b) Tocados por la gracia sigamos los pasos del Discípulo Amado, que se recuesta sobre el pecho de 
Jesús, lo acompaña hasta la cruz, recibe en su casa a María, la Madre de Jesús, y corre al sepulcro para llegar primero
a la fe en la resurrección.
Quien se identifica con Jesús se identifica con un amor como principio de vida, que no se agota y que significa entrega,
comprensión y generosidad.