Juan 20, 1-9 

"Ha resucitado"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

El primer día de la semana era el día del sol, y será para siempre el DIA DEL SOL, pero así con mayúsculas,
porque será en adelante el DIA DEL SEÑOR.
Al amanecer de aquel día Cristo resucita. Magdalena, la que tanto amaba, será la primera en captar las señales. 
Y empiezan las carreras, nerviosas e ilusionantes. Corre Magdalena, corren Pedro y Juan, quieren encontrar 
pruebas de lo que les dicta el corazón. No tardarán en ver, en entender la Escritura, en creer.
¿Cómo celebrar el gozo Pascual en medio de tanto sufrimiento humano?
* Los primeros cristianos pasaban en vigilia toda la noche esperando la resurrección de Jesús. Al amanecer
celebraban la victoria de la resurrección sobre la muerte.
* Fueron las mujeres las primeras en llegar al sepulcro. Juan nos habla sólo de María de Magdala. Según nos 
dice Lucas, los discípulos no creen el anuncio de la resurrección de Jesús, que les relatan las mujeres, Juan sólo
insinúa y, junto a Pedro, menciona al otro discípulo. El Señor Jesús se aparece primero a personas
subestimadas entonces, como eran las mujeres. Quizás por esta condición de ser mujeres, no las creen. 
Hermosa la actitud de Jesús: anuncia la resurrección a personas marcadas por la marginación.
* Pedro y el otro discípulo corren para verificar lo que les ha contado María Magdalena. El otro discípulo, más
joven, corre más que Pedro, y llega primero al sepulcro, pero no entra y espera a que Pedro pase antes. Después
entra él: "Vio y creyó", nos dice Juan. Encuentra el sepulcro vacío pero lleno de la presencia del Señor Jesús, 
que ha vencido a la muerte y nos trae LA VIDA.
* Terminada la misión de Jesús, empieza la nuestra: "Como el Padre me ha enviado, así también os envío 
Yo". Para hacer que la Palabra, hecha carne en cada uno de nosotros, la hagamos presente en un mundo envuelto
en tinieblas. Tenemos que romper el círculo del miedo. Dejemos de ser timoratos, apocados y abrámonos 
a todos, comunicando la noticia de que "de la muerte surge la vida" a pesar de la inseguridad y amenazas.
Así, con la ayuda del Señor Resucitado, seremos para todos los herman@s:
1° Fuente de alegría, porque el Señor, como con María, está también con nosotros.
2° Experiencia de paz, que nace de nuestra comunión con Dios y de sentirnos hermanados con el mundo entero.
3° Oferta de perdón de los pecados: el hombre nuevo se abre camino para salir de la culpa (situación de pecado)
y poder entrar así en el amor del Dios, lleno de misericordia.
Anunciar y hacer esto en la vida es nuestra responsabilidad. De nuestro testimonio depende la irrupción de un mundo
nuevo, que nos viene de Dios. Tarea maravilllosa la que se nos encomienda.
"Vi los cielos nuevos / y la tierra nueva. / Cristo entre los vivos
y la muerte muerta. / Dios en las criaturas, / y ¡eran todas nuevas!
Y así le invitamos al Señor: "Porque ardo en sed de ti / y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa, / bendice el pan y el vino.
¡Qué aprisa cae la tarde! / ¡Quédate al fin conmigo!