Juan 8, 21-30 

“Si no creéis, moriréis por vuestros pecados”

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Destaca el evangelio de hoy la incomprensión de letrados y fariseos a las palabras de Jesús. Ya antes se les había manifestado como fuente de agua viva, y con la afirmación tajante: “Yo soy la luz del mundo”.

Ahora les dice que “quien rechace esta luz de vida, morirá en su pecado”, es decir, en tinieblas, lejos de la luz. Por eso, no podrán ir adonde Jesús va a marchar. Es más, su ceguera les hará llevar a Jesús hasta la cruz, hasta la muerte. Pero el Padre le resucitará y le pondrá a su lado en el lugar de la vida, al que ellos, por haber optado por la muerte, no podrán llegar. Se “mueven” en planos muy distintos. Por eso, no le entienden y, hasta piensan que se va a suicidar.

Y en la controversia aflora de inmediato la pregunta: “Y tú, ¿quién eres?”, pregunta que puede entenderse:

- o es que no han comprendido nada y, menos aún, el “Yo soy”;

- o han quedado tan sorprendidos al escuchar cómo Jesús usa con autoridad el nombre “Yo soy”, con el que

se había manifestado a Moisés en la “zarza ardiendo”, que sólo se les ocurre reaccionar con esa pregunta.

Imposible que entiendan esto último mientras no acepten la relación Jesús-Dios o Hijo-Padre. La respuesta queda para el futuro. Sólo después de la crucifixión, muerte y resurrección de Cristo podrán comprender el “Yo soy” de Jesús.

Para Juan la fe es un don-fuerza, que nos empuja a seguir el camino de Jesús, que es camino de luz y camino al Padre. No tenemos más remedio que elegir entre escuchar su palabra y seguir su camino o morir en nuestro pecado.

Una mirada (hecha pregunta): ¿Por qué nos enredamos en la vida con cosas superficiales, haciendonos esclavos del consumo y volviéndonos indiferentes con lo que pasa a nuestros hermanos más pobres, que nos impiden percibir la voz de Dios?

Al final del discurso, se abre una puerta a la esperanza: “Y muchos creyeron en El”. Está claro: Cristo Resucitado espera de nosotros que cada día aumentemos la fe y nuestro amor comprometido con los más pequeños de la tierra.” ¡SOLO ASI PODREMOS CELEBRAR LA PASCUA!: