Juan 8, 31-40 

“La verdad os hará libres”

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Se dirige Jesús a los judíos, que habían manifestado su fe, declarándose partidarios de su doctrina después de haberle escuchado. Lo difícil viene ahora.

Estos mismos judíos de ninguna manera se dejan interpelar por Jesús, especialmente cuando les cuestiona su seguridad de creerse salvados por ser hijos de Abraham y miembros del pueblo elegido. Y Jesús se lo cuestiona asegurándoles que no basta la descendencia carnal. La verdadera descendencia es la del corazón

De esta manera sólo pueden considerarse hijos de Abraham los que hacen la voluntad de Dios (fidelidad), escuchan su Palabra (verdad) y le obedecen (en libertad), como lo hizo el Patriarca Abraham, como lo hace ahora Jesús con el Padre.

La incapacidad de estos judíos de buscar la verdad desde una opción (libertad) por respeto (fidelidad) a la vida y no a la ley, a un partido o ideología, produce el conflicto. Jesús les resulta incómodo; es como la rueda, que no encaja en su maquinaria ideológica. Intentan domesticarlo. Y no pueden. Se les sale de su engranaje. Y sigue cuestionándoles.

También nosotros somos los destinatarios de este diálogo tenso de Jesús con sus adversarios, antes creyentes. Y también nosotros tenemos que:

-aprender a valorar la verdad del amor y del compromiso;

-defender nuestra libertad de hijos de Dios, no sometidos a ninguna esclavitud ni ídolos;

-sentirnos orgullosos: -no por nuestra nación, raza, lengua o cultura;

-sí por sentirnos hijos de Dios, gracias a Jesús.

-saber que no basta con estar bautizados, ir a Misa, rezar, etc., para sentirnos cristianos, si nuestra vida

es un desastre. Es necesario, sobre todo, vivir como cristianos, no sea que, sin darnos cuenta,

continuemos siendo esclavos de nuestro orgullo y prepotencia, y nos encontremos viviendo fuera de la

Casa del Padre. Y recordemos siempre: ¡LA VERDAD OS HARA LIBRES!