Marcos 12, 1-12 

Los labradores asesinos

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

En esta parábola los labradores representan a las autoridades. El dueño-Dios es el propietario, que
se ausenta. Pero la ausencia del dueño no es señal de desinterés por la viña, ya que envió a su debido 
tiempo a sus siervos para percibir de los labradores su tanto de la cosecha de uva, que le correspondía.
La reacción de los labradores es sorprendente: éstos desatan una espiral de violencia creciente. Pero
Dios no responde con violencia a la violencia, sino que, esperando su conversión, llega hasta el colmo
de enviarles a su hijo, creyendo que lo respetarían.
Los dirigentes de Israel ven en este gesto de generosidad del dueño de la viña la ocasión propicia para 
acabar no sólo con el heredero -Jesús- sino para quedarse con la herencia-pueblo, arrojando fuera de la 
viña al hijo asesinado.
Esto es lo que sucedería después con Jesús. No sabian, sin embargo, las autoridades de Israel que el
edificio del pueblo no se puede construir prescindiendo.de la piedra angular, Jesús. Querían ignorar
que solamente hay una manera de ejercer la autoridad: la de quien entrega la vida para dar vida y liberar 
al pueblo de tanto señor que no le deja vivir.
Estos textos eran de reservada interpretación y no estaban a disposición de los predicadores populares, ni
debían ser escuchados por el pueblo sencillo. Jesús les lanza a la cara su falta de fe y el castigo, que
merecen, a los solapados enemigos que. siendo maestros en descifrar la Ley y los profetas, en vez de
reconocer en Jesús al Mesías, buscan el destruirlo y eliminarlo cuanto antes y por el medio que sea.
Queda así claro que el conocimiento privilegiado de los asuntos religiosos y morales implica una mayor
responsabilidad ante Dios. Porque, recordemos que: "A quien se le dio más, se le exigirá más".