Mateo 2, 13-18 

Fiesta de los Santos Inocentes

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

"La liturgia de hoy celebra a los llamados "Santos Inocentes". Pero el relato no se centra en este 
aspecto, sino en presentarnos a Jesús como el nuevo Israel, perseguido por los tiranos de turno y 
rescatado siempre en el último momento. La referencia al conflicto egipcio, y la referencia al cautiverio
mesopotámico en ambas citas bíblicas, permiten ver la intención de Mateo de integrar la historia de
Israel en la vida de Jesús. Israel sabe que Dios le acompaña en su camino histórico y que los
tiranos no tienen la última palabra.


Aunque el evangelio de hoy nos resulte duro, incluso hasta cruel, debemos recordar que el Evangelio
no es un recetario de vida al estilo de las "100 maneras de vivir fácil", ni siquera es un "curso de 
vida cristiana" por correspondencia.


El Evangelio nos propone un camino a seguir, nos marca una ruta; es un "mapa para el camino de 
l a vida". Cuando Jesús entra en la vida de alguien, "le desacomoda toda su estantería". No propone
a las familias un modo para ser exitoso, ni caminos para llenarse de bienes, ni soluciones estables.
El Evangelio nos propone un camino "para unirnos más vivamente con Dios", incluso en el martirio,
si es necesario. Nos propone un camino de felicidad, de alegría, de vida. Nos propone el camino 
de dejarnos desastibilizar por Dios, de dejarnos despertar por su Palabra. ¿Nos parece poco?"


La Liturgia de las Horas nos describe así el hecho real de los Inocentes:
"Tanto al tirano le place / hacer de su orgullo ley,
que por deshacer a un Rey / un millar de reyes hace.
Hace reyes de excelencia / con cabezas coronadas,
pues son coronas logradas / el martirio y la inocencia.
Con los niños desvalidos / hace de su fuerza alarde
y, como es sólo un cobarde, / no espera a verlos crecidos.
Por matar a un enemigo / siembra de sangre Belén,
y así su cólera loca / no puede implantar su ley,
pues quiere matar a un Rey / y corona a cuantos toca.
La furia del mal así / no puede vencer jamás,
pues, cuando me hiere a mí, / estás tú, Señor, detrás.
Estás para convertir / en corona cada muerte,
para decirnos que el fuerte / es el que sabe morir".