Marcos 16, 9-15 

"Id y proclamad el Evangelio"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

En el versículo anterior al texto de hoy se interrumpe imprevistamente el texto de Marcos. Esperábamos las apariciones de
Jesús a los Apóstoles en Galilea, pero no vienen en Marcos. Ignoramos la causa. Sólo, y en forma de conclusión, trae un
breve relato de las principales apariciones de Jesús Resucitado. Es el texto, que hoy leemos.
Se palpa lo difícil, que les resultaba, de creer en el Resucitado. 
Para muchos, el Proyecto de Jesús terminó en fracaso.
Fueron muchos los testimonios fidedignos de la Resurrección de Jesús y, sin embargo, incluidos los Apóstoles, abundaron
los incrédulos: no creen ni a María Magdalena, ni tampoco a los compañeros de Emaús. Después, en tercer lugar, se
aparece Jesús a LOS ONCE y les echa en cara y les recrimina su falta de fe. Aun así, sigue Jesús contando con ellos.
Sabe de la debilidad de la fe de esta Primera Comunidad y, sin embargo, se arriesga a continuar su misión y les
encomienda la tarea de "PROCLAMAR LA BUENA NOTICIA A TODA LA HUMANIDAD"
Esa misma Buena Noticia es la que Jesús pone en nuestras manos y nos encarga, como tarea:
-anunciar que Jesús llevaba razón;
-anunciar que la vida de Jesús estaba llena de sentido;
-anunciar que su camino fue un camino de vida, aunque tuviera que pasar por la muerte;
-anunciar que recordasen que "si uno quiere salvar su vida, la perderá"; en cambio, "el que pierda la vida por Jesús,
la salvará";
-anunciar que El fue el primero en seguir este camino y ya está resucitado para siempre.
El anuncio de la resurrección de Jesús es una experiencia, que puede transformar la realidad, porque "el reino no es otro
mundo, sino este mundo totalmente otro".
Todo esto lo sabemos. Lo importante es que, con la presencia/gracia del Resucitado, lo llevemos a la práctica de cada día
personal y comunitariamente.
Sólo si pasamos por la experiencia de haber vivido desde dentro un auténtico proceso de conversión, seremos capaces
de anunciar la Buena Noticia.