Mateo 5, 43-48

"Amad a vuestros enemigos"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo  

 

Después de la guerra de las Malvinas, Margaret Tatcher quiso celebrar un triunfal servicio religioso en la catedral de San Pablo, y se enfureció brutalmente porque el Arzobispo de Canterbury excluyó en el "Oficio" todo tipo de triunfalismo.

"Amar a los enemigos", como hoy nos dice Jesús, es algo tan sorprendente que sólo puede mandar Dios. Y nadie más.

El Evangelio de Jesús, Hijo de Dios, nos marca este camino del AMOR.

Se basa en la solidaridad, perdón y exigencia de justicia y se orienta al servicio cordial y desinteresado de todos. Como se da en Dios. Y nos exige una impostergable reconciliación fraterna.

A veces pensamos que los gestos de perdón nacen de la cobardía, preferimos comportarnos como guerreros y convertimos nuestra vida en un campo de batalla. Todo ello nos impide ver el perdón como gesto de grandeza humana.
Amar al enemigo es luchar para que los crímenes no queden en la impunidad. En Latinoamérica se habla mucho de "no perder la memoria histórica." Si nosotros permitimos que reine la injusticia, estamos dando la razón a los violentos.

Una coplilla castellana nos lo dice muy claro:
"Querer a quien no te quiera, / a eso se llama querer.
Porque querer a quien te quira, / se llama corresponder. / Y eso lo hace cualquiera."
Por si nos queda alguna duda, estos versos del prócer cubano José Martí nos pueden ayudar:
"Cultivo una rosa blanca, / en julio como en enero, / para el amigo sincero / que me da su mano blanca.
Y para aquél, que me arranca / el corazón con que vivo, / cardos ni ortigas cultivo, cultivo una rosa blnaca."
Llega el momento de "aplicarnos el cuento", es decir, los versos.