Marcos 5, 1-20

"Anuncia a los tuyos lo que el Señor ha hecho contigo"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo  

 

Me sirvo con gusto del comentario del Bíblico'2000 para este evangelio. Dice así:
Luego de la tormenta en el Lago, durante la cual los discípulos manifiestan su desconcierto y temor, Jesús desembarca solo en un pueblo extranjero.

Sobrepasa geográfica y simbólicamente los límites de Israel, ofrece la salvación y llama a la misión a todos los marginados de otras culturas. Y ni bien se baja de la 
barca, cuando se encuentra con el endemoniado.

Este hombre representa la condición de muchos seres humanos, que viven encadenados (cepos) y ocultos (entre las tumbas). Había adoptado el nombre de "legión", palabra latina usada para denominar a las tropas romanas, expresión de la brutalidad, la codicia y la opresión del Imperio. La gente había intentado someter al endemoniado a la fuerza, pero no lo había conseguido. El buscaba liberarse por medios violentos, escondiéndose en los montes y rompiendo las cadenas. Pero no lo había conseguido. Por esto, continuaba oculto entre los muertos y se hería con las piedras.

Jesús libera al endemoniado devolviéndole su rostro humano: limpio, vestido y bañado.

Sin embargo, los propietarios de los cerdos no se alegran por esta situación. Les entra pánico ante el inesperado cambio. No comprenden por qué Jesús, siendo un extranjero, quiere cambiar la situación. Así que le ruegan que los abandone.

Al final, el hombre se anima a seguir a Jesús. Pero no va detrás del Maestro sino que recibe el encargo de comunicar esta Buena y Nueva Noticia: la liberación a los suyos.