Mateo 12, 14-21

"Mirad a mi siervo, mi predilecto"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo   

 

 

El título de "Siervo" aparece en Isaías. Se nos presenta la figura misteriosa de un "servidor" de Dios, cuya misión de magisterio y de sacrificio expiatorio traerá al mundo la luz y la salvación.

Nos dice Mateo que la misión de este Siervo es anunciar "el juicio a las naciones proclamando con verdad el derecho y estableciendo la justicia en la tierra".
Según se entendía entonces, el "camino del derecho" podía implantarse con medios coercitivos.

Jesús nos enseña un camino nuevo: sin fuerza ni gritos ni despliegue publicitario. Es éste:
-el estilo del Espíritu exige la renuncia a la fuerza y a las armas;
-por eso, Jesús se dirige al débil ("caña cascada"), al vacilante ("pábilo humeante") y lo coloca como centro de su preocupación una em la sociedad nueva a crear;
-renuncia al Dios dinero, riqueza, dejándose llevar por el Espíritu. 
Jesús, como "Siervo de Yahvé" anunciará su misión salvífica con el testimonio de su propia vida, respaldado con acciones concretas en favor de los pobres y desvalidos de la sociedad.

Y ese mismo camino, si nos decimos testigos de Jesús, tendremos que seguir nosotros. No hay otro. No lo olvidemos.