Mateo 6, 1-6. 16-18

"No sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo  

 


Dios no puede premiarnos, si buscamos nuestro propio interés y la estima de los demás. Nos escuchará y se nos manifestará cuando lo tengamos a El como único testigo de nuestras obras.

El creyente ve lo invisible y está contento, porque cree que Dios lo ve y lo sabe.
Jesús nos trae un principio general: "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre Celestial." Esencial para entender todo lo que sigue.

Jesús no está en contra de las obras de caridad. Al contrario, quiere que sus discípulos las practiquen.

Está, sí, en contra del modelo de los fariseos: "las hacen para tener buen reconocimiento ante los demás". Enunciado este principio, lo aplican los fariseos en tres casos:
1. Limosna: Practicar la justicia es el término técnico para designar la limosna, que se debe a los pobres según el criterio de cada uno. No existía entonces Cáritas ni otras Instituciones. Por eso, se insitía tanto en las obras benéficas. Desgraciadamente se instrumentalizaba la práctica de la limosna en favor de la propia imagen. Mateo llama hipócritas a los que así hacen.
2. Oración: Sigue el mismo esquema: -oración en público: el judío piadoso en determinados momentos del día se detenía en el lugar -donde estuviese- y de pie recitaba las oraciones; -oración privada: "entra en tu cuarto..." Así se da la actitud correcta, no intentando aparecer como piadoso ante los demás.
3. Ayuno: Su primer objetivo es vaciarnos de nosotros mismos para reconciliarnos con Dios y ponernos solidariamente con nuestras privaciones voluntarias al servicio de los más necesitados.
Así evitaremos la ostentación, la imagen personal falsa y frívola. Y daremos gloria al Padre del Cielo.