Mateo 10, 7-13

San Bernabé, Apóstol

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo  

 


Se llama José, es de Chipre, tiene dinero y habla "como los ángeles". Bernabé es "apodo" y significa "el que habla bien". Hasta los Apóstoles le escuchan entusiasmados. Por su prestigio, introduce a Pablo en la Comunidad Cristiana el año 38. Aumenta mucho el número de cristianos en la comunidad de Antioquía y mandan los apóstoles a Pablo y Bernabé para que organicen aquella Comunidad.

Desde entonces y por varios años acompaña a Pablo. Y recorren y visitan todas las Comunidades, que antes habían fundado. En un momento concreto, Bernabé exige a Pablo que les acompañe su sobrino Marcos. Pablo no accede y se separan. Es entonces, cuando Bernabé y Marcos se dirigen a Chipre, su patria. 
La tarea de los Apóstoles es la misma de Jesús: la proclamación de que "el Reino de Dios está cerca". Y debe estar acompañada de signos idénticosa los de Jesús.

El enviado deposita plenamente su confianza en Dios. De ahí el desprendimiento absoluto, que se les exige: todo tiene que hacerlo "gratuitamente".

Jesús señala a los Apóstoles a quiénes deben hacer llegar el "mensaje" y les anuncia las reacciones, que van a encontrar:

1) Si se ven aceptados, se les desea una paz definitiva. No se conforman con la paz impuesta "vía militar" del Imperio Romano, que impone una situación injusta. Buscan una realidad nueva, más justa y mejor para todos. Y gozan de la hospitalidad.

2) Si se ven rechazados, romperán la comunicación, el diálogo por medio de un gesto simbólico muy común entonces, como era el "sacudirse el polvo de las sandalias".