Marcos 6, 7-12

La misión: "Los fue enviando de dos en dos."

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo  

 

Comienza la tercera etapa del ministerio de Jesús, organizando una misión por toda Galilea. Hasta entonces, siempre habían actuado los Apóstoles junto a Jesús; ahora los responsabiliza más, enviándolos delante de El. Jesús, como buen Maestro, es un excelente educador. Primero, enseña a sus discípulos. 

Después, les exige una colaboración personal y directa en la misión: que proclamen su fe, que curen a los enfermos, que anuncien con lenguaje popular y sencillo lo que han asimilado del Reino de Dios.

Ellos deben ser los primeros en creer lo que anuncian. Dios se ha hecho presente. Se obligan a vivir al día, porque confían en la Providencia del Padre. Tampoco deben acobardarse al predicar, conscientes de que Dios está con ellos y pondrá en su boca la palabra precisa y adecuada.

El aceite se usa como remedio. Jesús le da una eficacia nueva: aporta al bienestar, a la salud, y se convierte en signo de sanación interior, reconciliándonos con Dios.

Los envía de dos en dos para ser la expresión del grupo, de la comunidad. Les pide que se queden en una casa, que se hospeden en una familia para convertirla en centro de irradiación de la FE.

Pobres, sin falsas seguridades, libres, solidarios, confiados, abiertos, acogedores... Así también nos quiere hoy Jesús a los suyos en medio de este mundo moderno. Porque nosotros, los cristianos, debemos hacer creíble el evangelio luchando para que el mundo sea una casa de hermanos que se aman y comparten felices la vida bajo la mirada amorosa del Padre.