Mateo 8, 18-22

"Te seguiré adonde vayas"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo  

 

- Vivimos en un mundo esencialmente materialista, en el que sigue imperando "el tener".

Por eso, seguimos creyendo en el "Poderoso Caballero es Don Dinero". De ahí que se nos presenten dificultades sin número al intentar seguir a Jesús. El evangelio de hoy nos describe dos ejemplos concretos de seguir a Jesús y las exigencias en la respuesta de cada uno. Este anuncio, convertido en seguimiento, debe llegar también a los paganos.

Así se da muerte al exclusivismo judío.

1) El primero, que manifiesta el deseo de seguirle, es un escriba, un letrado del grupo de los fariseos. Parece que le lleva al seguimiento una actitud sincera, recta. Sabemos por San Lucas (16, 14) que los fariseos eran amigos del dinero. Por ello le habla Jesús del desprendimiento radical, total de los bienes de la tierra, ya que El no tiene ni hogar ni lecho. Los bienes materiales no pueden ocupar el corazón del seguidor de Jesús. Hay que seguir el camino de la utopía, que parece estar tan lejos de nosotros.

2) El segundo expresa el deseo de enterrar a su padre antes de seguirle. Quería dilatar el seguimiento, atendiendo antes a su padre hasta que muriera. Entonces, sí: después de cumplir este deber sagrado, le seguiría. Jesús le exige romper con los vínculos familiares, vínculos de la carne y de la sangre. Sólo así será capaz de asumir los riesgos que genera la nueva familia. Representa en este evangelio el padre la "tradición", el pasado judío.

Seguir a Jesús exige romper con el pasado e iniciar el camino de las Bienaventuranzas.

La ruptura con todas las tradiciones y estructuras, incluida la familia, es un imperativo del que se siente llamado y quiere entregar su vida al seguimiento de Jesús. Que cada uno piense hasta dónde está dispuesto a llegar, partiendo de que siempre cuenta con la ayuda/presencia de Jesús.