XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C.
San Lucas 10, 38-42: Sentido sobrenatural en lo ordinarioAutor: SS. Juan Pablo II
Fuente: almudi.org (con permiso) suscribirse
(Gen 18,1-10a) "Cuando vuelva a ti, dentro del
tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo"
(Col 1,24-28) "Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria"
(Lc 10,38-42) "María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán"
Homilía en la Misa a los empleados de las villas pontificias en Castelgandolfo
(17-VII-1983)
--- Sentido sobrenatural en lo ordinario
--- Marta y María
--- Necesidad de la vida interior
--- Sentido sobrenatural en lo ordinario
Si San Pablo exhorta a los cristianos a hacerlo “todo para gloria de
Dios” (1 Cor 10,31), esto vale también para vosotros. El cristiano debe
comportarse como tal siempre, en cualquier ocasión, en cualquier trabajo,
cualquiera que sea la actividad que desempeñe. A todas partes debe llevar el
fermento y el estímulo de la propia fe. Por este motivo, también vuestra vida
debe ser guiada por la Palabra de Dios, y a su luz debe desarrollarse, crecer y
madurar.
--- Marta y María
Hemos escuchado en la lectura del Evangelio según San Lucas el conocido
e instructivo episodio de las dos hermanas, Marta y María, que un día acogieron
a Jesús en su casa. Una de ellas, Marta, “se multiplicaba para dar abasto con el
servicio” (Lc 10,40), hasta el punto de desentenderse casi de la presencia tan
cercana del Maestro: un ejemplo de excesiva generosidad, que se preocupa más de
las actividades externas que de sensibilizarse ante el significado transformador
de Aquel que está presente para hacerse escuchar y para interrogarnos a cada uno
de nosotros.
María, en cambio, “sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra” (ib.,
10,39). Y es precisamente esta actitud, contrapuesta ante todo a la anterior, la
que recibe el elogio de Jesús. En María está personificado, en efecto, el
discípulo atento y vigilante: no tanto el que se vigila a sí mismo, lo que sería
aún un modo de replegarse sobre la propia personalidad, cuanto el que se siente
captado por la presencia y la Palabra del Señor, hasta el punto de olvidarse de
sí mismo. Porque el verdadero discípulo no piensa en sí mismo, sino que
enseguida y ante todo se vuelve a su Maestro y se siente como transportado hacia
Él, según un movimiento que le hace como salir de sí mismo; subyugado con su
palabra, forma parte de aquellos que Jesús proclama “dichosos”, porque “oyen la
Palabra de Dios y la guardan” (ib., 11,28).
--- Necesidad de la vida interior
Por ello Jesús advierte amorosamente a Marta: “Sólo una cosa es
necesaria. María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán” (ib., 10,42).
Esta frase debe ser entendida en un doble nivel: por una parte, alude a la
exigencia de una sobriedad en la mesa, que Jesús en aquella ocasión no quería
excesivamente abastecida; por otra, verifica el tránsito o un significado más
profundo, referido a la vida espiritual: también en este ámbito es innecesario y
puede ser incluso peligroso, perderse en diversas tentativas y buscar por
demasiados caminos la inspiración que unifique la propia vida interior. “Sólo
una cosa es necesaria”, y es la actitud de María, hecha a base de escuchar la
Palabra de Jesús, teniendo sus ojos y su corazón, vueltos hacia Él, no sólo
atentos, sino disponibles para cuanto Él dice. Como ora el Salmista: “Señor, mis
ojos están vueltos a Ti; en Ti me refugio, no me dejes indefenso” (Sal 141,8).
Tratemos de llevar a nuestra vida diaria esta lección del Evangelio de San
Lucas. Que ninguna otra palabra, venga de donde venga, nos distraiga de nuestra
adhesión de fe y de amor al Señor Jesús. Extraigamos de su voz la fuerza
necesaria para afrontar y superar todas las dificultades que se interponen en
nuestro camino. Para hacerlo así, acojámoslo en nuestra casa, como lo hicieron
Marta y María, y reconozcámosle el puesto de honor que le corresponde. De su
presencia y de su disponibilidad nace y se consolida el sentido de nuestra
existencia, y dimana la alegría que siempre necesitamos para hacer más llevadero
el camino de la vida.