XVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date

 

 

El verdadero tesoro
Mt 13,44-52

Con el evangelio en la mano, no entiendo cómo se puede hablar de que ser cristiano es difícil y costoso. Es verdad que hay que dejar cosas –muchas más de las que dejamos–, es verdad que hay que morir al pecado que todavía reside en nosotros, pero todo esto se hace con facilidad, porque hemos encontrado un Tesoro que vale mucho más sin comparación. Más aún, las renuncias se realizan «con alegría», como el hombre de la parábola, con la alegría de haber encontrado el tesoro, es decir, sin costar, sin esfuerzo, de buen humor y con entusiasmo.
Si todavía vemos el cristianismo como una carga, ¿no será que no hemos encontrado aún el Tesoro? ¿No será que no nos hemos dejado deslumbrar lo suficiente por la Persona de Cristo? ¿No será que le conocemos poco, que le tratamos poco? ¿No será que no oramos bastante? El que ama la salud hace cualquier sacrificio por cuidarla y el que ama a Cristo está dispuesto a cualquier sacrificio por Él. Cristo de suyo es infinitamente atractivo, como para llenar nuestro corazón y hacernos fácil toda renuncia.
El mejor comentario a este evangelio son las palabras de san Pablo: «Todo eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por Él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo» (Fil 3,7-8). El que de verdad ha encontrado a Cristo está dispuesto a perderlo todo por Él, pues todo lo estima basura comparado con la alegría de haber encontrado el verdadero Tesoro.