XVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B.

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date



lLos cinco domingos siguientes (17º-21º) abandonamos de nuevo a Marcos para leer el capítulo 6 de san Juan. No obstante, el enlace se produce de manera fácil, pues el texto de Juan narra el mismo hecho que venía inmediatamente a continuación en Marcos –la multiplicación de los panes–, aunque desarrollándolo en una amplia catequesis eucarística.

Todos te están aguardando
Sal 144


El Salmo 144 es un himno que canta a Dios como Señor del universo alabando su señorío y su poder, su bondad y providencia, su misericordia y amor con todos. Aunque se recuerdan sus obras, es a Él mismo a quien se canta, como autor de todas ellas.
Los versículos elegidos para salmo responsorial en la liturgia de hoy se fijan sobre todo en el cuidado providente de Dios, que da el alimento necesario y sacia de favores a todas sus criaturas. Es un aspecto del pastoreo de Dios que contemplábamos el domingo pasado. El salmo insiste en la totalidad –repite varias veces el adjetivo «todo»–: todas las acciones de Dios en todas las épocas están marcadas por este amor providente; y no sólo los hombres, sino todas las criaturas: nada ni nadie queda excluido. Por eso, «los ojos de todos te están aguardando». ¿También los nuestros? Y su providencia nunca se equivoca –«les das la comida a su tiempo»–, ya que «el Señor es bondadoso en todas sus acciones». También cuando en nuestra vida aparece el dolor.
Jesús se manifiesta en el evangelio de hoy alimentando a la multitud. Pero al pronunciar la acción de gracias y repartir el alimento perecedero, Jesús está ya apuntando al «alimento que permanece para vida eterna» (Jn 6,27). También este nos viene de su providencia amorosa, que, más que la salud del cuerpo, quiere la santidad de los que el Padre le han confiado. Por lo demás, nosotros estamos llamados a ser instrumentos de la providencia para nuestros hermanos los hombres, tanto en el alimento corporal como en el espiritual.