III Domingo de Adviento, Ciclo C.

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date



¡Alégrate!
Sof 3, 14

La liturgia de este domingo quiere infundirnos una alegría desbordante: «Regocíjate... Grita de júbilo... Alégrate y gózate de todo corazón...» ¿La razón? La Iglesia presiente la inminencia de Cristo –«el Señor será el rey de Israel en medio de ti»– y no puede contener su gozo; la esperanza,, el deseo de Cristo, se transforma en júbilo porque ya viene, está a la puerta. He ahí la gran certeza de la esperanza cristiana.
Y con la presencia de Cristo, la salvación que trae: «El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos». No sólo es la alegría por la presencia del Amado, sino también el entusiasmo por la victoria: «El Señor tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva». Los males que nos rodean tienen, por fin, remedio, porque llega Cristo, Salvador del mundo.
Se nos regala un nuevo Adviento para que aprendamos a vivir esta realidad: «¡Gritad jubilosos...! ¡Qué grande es en medio de ti el santo de Israel!» Y eso que la salvación que experimentamos ya es sólo el comienzo, pues es Jesús viene a bautizarnos con Espíritu Santo y fuego. Este es su don, el don mesiánico por excelencia. Jesús anhela sumergirnos en su Espíritu. El Adviento nos abre no sólo a Navidad, sino también a Pentecostés.