Solemnidad de San Jose, Esposo de la Virgen

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date



Padre de todos nosotros
2Sam 7,4-16; Sal 88; Rm 4,13-22; Lc 2,41-51

«Un descendiente tuyo, un hijo de tus entrañas». Para resaltar la concepción virginal de Jesús hay muchos reparos en llamar a san José padre de Jesús. Sin embargo, sin haberle engendrado físicamente, es realmente padre. Paternidad espiritual no quiere decir ficticia o irreal. José ha influido decisivamente en la educación humana del Hijo de Dios. Y su paternidad se prolonga en la Iglesia y en cada miembro del Cuerpo de Cristo alcanzando unas dimensiones inimaginables.
«¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?» Y sin embargo la paternidad de José no es determinante: remite a la paternidad de Dios, la única fontal y fundante. Estas palabras se dirigen también a María, que sí ha engendrado físicamente a Jesús. Y es que toda paternidad y maternidad tiene carácter sacramental: tienen el sentido de ser signo e instrumento de la paternidad de Dios. Por eso, han de ser vividas con absoluta desapropiación, intentando transparentar el amor de Dios y canalizar su acción.
«Te hago padre de muchos pueblos». Como Abraham y más que él, José ha sido el hombre de la fe. Ha vivido de la fe, esperando contra toda esperanza, a veces en total oscuridad. Y esa fe ha sido inmensamente fecunda. La fe ha ensanchado interiormente a José, le ha dilatado haciéndole capaz de una paternidad universal en el tiempo y en el espacio.