IV Domingo de Adviento, Ciclo A
San Mateo 1, 18-24:
Un regalo para Jesús

Autor: Regnum Christi

Fuente: Regnum Christi       Para suscribirse

 

 

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

Meditación

Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María porque Él es el nuevo Adán que inaugura la nueva creación: ‘El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo viene del cielo.” (1 Co 15, 47)” CIC 504.

Es hoy cuarto domingo de Adviento y quedan un par de días para seguir preparando el alma para el nacimiento de Jesús. Debemos estar conscientes del gran acontecimiento, el más importante en la historia de la humanidad, para que nuestra voluntad busque llegar con ese regalo especial que el Niño Dios espera de cada uno de nosotros en su pesebre.

Podemos estar todavía atrasados o quizás, hasta hoy nos estamos percatando que había que hacer algo para dar en Nochebuena al Señor, pero… ¡Todavía hay tiempo!, lo importante es invertirlo con sabiduría y entrega en un especial compromiso de amor. Cada uno sabe qué es lo que ha de darle en Belén a Jesús… ¡no le debemos regatear nada! Él viene a salvarnos del pecado, al reconocernos pecadores y acercarnos hoy al “nacimiento”, entregándonos en una sincera y profunda oración.

Reflexión apostólica

Esperemos al Niño Dios, dando testimonio de alegría y de paz interior. Unido a José y a María, el apóstol del Señor se abre, en estos días, a compartir con los demás lo que cree y lo que tiene.

Propósito

Dar el último toque a mi regalo para el Niño Dios.