San Lucas 11, 37-41

Eliminar la superficialidad

Autor: Regnum Christi

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Evangelio


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.

Pero el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”.


Meditación


Siempre debemos buscar lo trascendente que se encuentra muy adentro del corazón. Hay que eliminar todas las actitudes que pretendan hacer evidente “nuestra superioridad” en algo (situación económica, cultural, actitud “devota”, “bondad”...) como buscando la aceptación de los demás, olvidándonos de la aceptación de Dios.

Seguramente, en el fondo de una vida que busca sólo lo aparente, se encuentra un gran individualismo que lleva a enfocar el interés en la propia persona, olvidando o relegando a segundo término a Dios y a los demás.

Si Dios fuera la prioridad del hombre, el mundo sería otro. Cuando se ama a una persona, se le trata de conocer, de entender y, sobre todo, de agradar. Dios se abre totalmente y se nos muestra tal cual es a través de las Sagradas Escrituras, a través de nuestro prójimo y hasta a través de la naturaleza misma. Es cuestión de buscarlo, y no precisamente en lo superficial.


Reflexión apostólica


Antes de lanzarnos a servir en la obra de Dios, cuidemos el servicio del ser. Seamos servidores silenciosos, serenos, sencillos y pobres. No busquemos éxitos momentáneos, estaríamos en un error.

Propósito


Lucharé contra la ostentación que lastima a Dios y a los demás.