Lucas 17, 20-25:
Los tesoros del Reino de Dios

Autor: Regnum Christi

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Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25

En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?” Jesús les respondió: “El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación”.


Meditación

La presencia de Jesús entre los hombres era la presencia del Reino de Dios; después de crucificado va a establecer su “Reino” militante en la tierra con más claridad que la de la luz. Este es un “Reino” interno y espiritual. Hay que estar alerta con los falsos mesianisimos, nos dice el Señor en este Evangelio.

En donde estás Tú, Señor, está el Reino de Dios y es tan clara y sencilla esta realidad que la pasamos por alto. Teniéndote tan cerca, tan a la mano, aquellos no se daban cuenta que tu Persona era la portadora, en el tiempo y para el hombre, del Reino de Dios. Anunciado en la Encarnación llegó silenciosamente en Belén y una manifestación dio de antemano a los sabios en Jerusalén, y fue hasta su vida pública que fue anunciándolo y expresándolo en enseñanzas y amor misericordioso, a todo el que se le acercaba, tímida o directamente.

¡Cuántas almas, a lo largo de la historia del cristianismo, han experimentado íntimamente los tesoros del Reino de Dios! Tú y yo, podemos ser una de ellas, pero hay que decidirse a buscarlos y a conversar con el Señor en el silencio, en la oración.

Muchas cosas nos va a ir descubriendo, entre ellas a valorar más nuestro Bautismo que por los méritos de Cristo nos hizo merecedores de ser hijos del Padre y pertenecer a su “Reino”.

Reflexión Apostólica

No dejemos, con nuestro silencio y poco testimonio cristiano, que el Reino de Dios esté ausente en nuestro ambiente, en nuestros allegados, en la gente. Decidamos ser apóstoles eficaces y no estemos, quizás, sólo jugando a ser buenos.

Propósito

Dar un testimonio cristiano el día de hoy.