San Lucas 1, 67-79:
Lo más importante de Navidad

Autor: Regnum Christi

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Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
y ha hecho surgir en favor nuestro
un poderoso salvador en la casa de David, su siervo.
Así lo había anunciado desde antiguo,
por boca de sus santos profetas:
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de las manos de todos los que nos aborrecen,
para mostrar su misericordia a nuestros padres
y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham
concedernos que, libres ya de nuestros enemigos,
lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia
delante de él, todos los días de nuestra vida.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos
y a anunciar a su pueblo la salvación,
mediante el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”.

Meditación

Lucas extrae de los Salmos este trozo poético, parte del Benedictus, que es un himno de acción de gracias a Dios y una visión del futuro, y lo pone en labios de Zacarías, padre de Juan el Bautista, después de que recuperara el habla como señal de cumplimiento de lo que el Ángel Gabriel le anunciara un día en el Santuario. (Lc 1, 11-20)

Ya hoy es 24 de diciembre y pienso en cuánto me he preocupado y ocupado para que esté lista y preparada la fiesta de convivencia familiar. Tengo ya listo el vestido, la cena con sus detalles y planeado el intercambio de regalos… ¡Ay, Señor!, no se me puede pasar que lo más importante es cerciorarme de que el alma ya esté vestida por tu gracia, de darle unos momentos a preparar, en mi intimidad, la comunión de esta noche, y a darme cuenta de que el más importante intercambio de regalos se va a dar entre Tú y yo…

En tus manos de niño, manos de Dios, me darás el Amor, hecho misericordia y perdón, el Bien de la salvación, y la Verdad con la que “guías nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 79) Y yo, Señor, te quiero dar esta Nochebuena el regalo de mi libertad, pidiéndote que desde esta noche no deje de moverme, con la ayuda del Espíritu Santo, en tu amor y en tu voluntad.

Reflexión apostólica

Por más cosas que tengamos que hacer, démonos un momento para reflexionar sobre el gozo profundo de Zacarías y quizás repitiendo con él, lentamente, su canto, podamos descubrir y concretar la forma y el modo con que queremos llegar esta Nochebuena a Belén, ante el Niño Dios.

Propósito

Leer y meditar el Benedictus o cántico de Zacarías.