San Mateo 5, 43-48:
Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.Autor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve a presentar tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de ahí hasta que hayas pagado el último centavo”.
Meditación
Jesús vino a perfeccionar la ley antigua y a proponer una justicia en las relaciones de los hombres, que debe ir más allá de lo externo y farisaico.
¡Qué diferente sería este mundo si conociera y entendiera el afán de fraternidad que Cristo mostró y pidió! Hoy el Evangelio me pide pulir la justicia hacia los demás; me pide evitar las divisiones; me pide caridad para con mis hermanos; me pide luchar por conformar una sola familia en, para y con Cristo. Me llama, además, a afinar el oído, la vista y el corazón, para tener la capacidad de discernir cuándo un acto es justo y fraterno, por intrascendente que pueda parecer. La presencia de Dios en la vida propicia la fraternidad y el amor entre sus hijos. Es Jesucristo quien nos enseña que la fraternidad sea una actitud que nazca del interior del corazón y no responda solamente a formas y modos obligados en la vida social.
Sé que seré juzgado en el amor, Señor, y el Evangelio de hoy me alerta sobre la posibilidad de llegar a ser “reo ante el Tribunal”, si no soy capaz de mantener la tranquilidad, la mansedumbre y hasta la dulzura con mis hermanos. Estoy seguro de que este mundo sería mejor si en cada familia reinara la paz y la tolerancia que Jesús, aún en la Cruz, fue capaz de sostener por amor.
Reflexión apostólica
El apóstol busca la fraternidad con Jesús, a través de la unidad con sus hermanos aquí en la tierra.
Propósito
Llamaré a ….. como signo de reconciliación.