Domingo de Ramos
San Mateo 26, 14
-27, 66:
¿Cómo pagarle tanto amor?

Autor: Regnum Christi

Fuente: Regnum Christi       Para suscribirse  

 

 

Evangelio 

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 26, 14—27, 66

Debido a la longitud del pasaje evangélico, sugerimos a nuestros lectores acudir directamente a un Evangelio impreso.

Meditación

La lectura del Evangelio de hoy pone ante nuestra consideración algunas escenas terribles de la Pasión del Señor: su sufrimiento físico y moral, el beso de Judas, la traición de los discípulos, el juicio ante Pilato, los insultos, la subida al Calvario y su crucifixión. ¿Por qué todo esto? Por nuestra salvación.

Pero no debemos limitarnos a considerar nada más los sufrimientos de Jesús. Hoy es un día para expresar nuestra gratitud y nuestro amor por Aquel que dio su vida por nosotros, que no se echó para atrás, que ofreció su cuerpo a los que le golpeaban y no ocultó su rostro a los insultos o salivazos. ¿Señor, cómo puedo pagarte tanto amor?

También hemos de aprender qué significa para nosotros el seguimiento de Cristo. Éste debe implicar un cambio interior, el aceptar día a día su Palabra como el criterio supremo para nuestra vida, quiere decir vivir entregándonos por los demás y por Dios. Se trata de una decisión fundamental para darle a Cristo desde ahora el primer lugar en nuestra vida.

Reflexión apostólica

Porque amo a Cristo, edifico la civilización de la justicia y la caridad cristianas.
Con la cruz, Jesús nos ha abierto de par en par las puertas del cielo, pero esta puerta es estrecha, requiere empeño, abnegación, mortificación del propio egoísmo y renuncia a todo aquello que constituye un obstáculo para amar mejor a Dios y a los demás.

Pero estas disposiciones lejos de significar indiferencia ante lo positivo de la vida, conllevan la liberación del corazón del egoísmo y nos abren al amor de Dios.

Esforcémonos por seguir a Jesús e imitarle, cargando como Él lo hizo con la propia cruz y ayudando a otros a cargar la suya.


Propósito

Buscaré vivir hoy con espíritu de penitencia (por ejemplo, cumpliendo mi deber aunque tenga desgana; sin huir de las tareas que resulten costosas, dedicando tiempo a alguien, ofreciendo una sonrisa aunque cueste, etc.)