San Juan 15, 18-21:
Vencer al mundo, anunciando a JesúsAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que
me han odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría
como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al
elegirlos, yo los he separado del mundo.
”Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a mí
me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de
mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi
causa, pues no conocen a aquel que me envió”.
Meditación
Tú, Jesús, me das la clave del origen del rechazo del mundo a tu mensaje, y es
que el mundo desconoce a Dios. Me urges a darte a conocer, con hechos y con
palabras, tratando de vencer al mundo, como tú, Señor. O mejor, tratando de
vencer la acción del mundo en mí, renunciando a criterios y a formas de
satisfacción temporal que nada tienen que ver con el gozo de la gracia en el
alma.
Me invitas hoy, a preocuparme y a ocuparme de quienes no te conocen, Señor, a
redoblar esfuerzos en la lucha por derrotar al mundo que desconoce o niega tu
luz y colaborar en la instauración de tu Reino desde aquí y para la eternidad.
Me llamas también a ser valiente y a no amilanarme ante la persecución, ante la
condena o, incluso, ante la burla de quienes no te conocen, Señor.
Reflexión apostólica
Para seguir a Cristo es preciso recorrer el camino de la cruz. Necesitamos para
ello, de la virtud de la abnegación, que fue el camino escogido por Cristo para
realizar a obra de salvación, no como un fin en sí sino como un medio para poder
dar fruto.
La misión, además, exige un gran desprendimiento personal para emprender las
iniciativas apostólicas, para perseverar ante las dificultades y dar la batalla
por la causa de Cristo.
Señor, ¡cuenta conmigo!
Propósito
Seguiré adelante anunciando con mis actitudes a Jesucristo, ignorando
incomprensiones y ataques.