San Marcos 12, 13-17:
Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.Autor: Regnum Christi
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Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 13-17
En aquel tiempo, los sumos sacerdotes, los escribas y
los ancianos le enviaron a Jesús unos fariseos y unos partidarios de Herodes,
para hacerle una pregunta capciosa. Se acercaron, pues, a él y le dijeron:
“Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa lo que diga la gente,
porque no tratas de adular a los hombres, sino que enseñas con toda verdad el
camino de Dios. ¿Está permitido o no, pagarle el tributo al César? ¿Se lo damos
o no se lo damos?”
Jesús, notando su hipocresía, les dijo: “¿Por qué me ponen una trampa? Tráiganme
una moneda para que yo la vea”. Se la trajeron y él les preguntó: “¿De quién es
la imagen y el nombre que lleva escrito?” Le contestaron: “Del César”. Entonces
les respondió Jesús: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de
Dios”. Y los dejó admirados.
Meditación
La escena evangélica nos enseña grandes lecciones sobre las
virtudes que deben distinguir nuestra vida. Se nos enseña que no hay
contraposición entre el servicio de Dios y el servicio a los demás, entre
nuestra vida de cristianos y el cumplimiento de nuestros deberes como
ciudadanos, entre la búsqueda por construir nuestra vida en esta tierra y la
lucha por alcanzar el cielo.
Hemos de tomar la vida diaria y las circunstancias ordinarias de nuestro
trabajo, las relaciones sociales, en la familia, etc., como las mejores
ocasiones para santificarnos. No debemos excusarnos en que somos cristianos para
olvidarnos del cumplimiento delicado de nuestros deberes como trabajadores,
estudiantes, etc. También se engaña quien busca cumplir esos deberes y le da a
Dios las migajas de su tiempo o de su corazón.
Pidámosle al Señor que nos ayude a ser justos, a entregar a cada ámbito lo suyo,
a reconocer a Dios como Creador, Salvador, Señor, como Amor infinito. Y por otra
parte, a ser justos con los demás, tratándoles siempre con respeto y buscando el
bien de los otros.
Reflexión apostólica
Mantengamos vivo el ejemplo de Jesús que en su vida terrena
reconoció los derechos del poder civil al ordenar pagar el tributo al César,
pero que también nos advirtió que debemos respetar los derechos superiores de
Dios. Defendió su Reino en este mundo, pero con el testimonio del Amor.
Crezcamos pues en la caridad para ser auténticos cristianos y ciudadanos.
Busquemos dar a conocer el amor de Dios a los hombres, por medio de la
predicación del Evangelio y la construcción de una civilización de justicia y
amor cristianos.
Propósito
Cumpliré un deber como ciudadano que me sea difícil de
llevar a cabo (leyes de tráfico, puntualidad en el trabajo, etc.) y lo ofreceré
a Dios con amor.