San Marcos 6,30-34:
Andaban como ovejas sin pastorAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio: San Marcos 6,30-34:
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan
conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos
los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y
tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados
fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús
desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de
ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas
cosas.
Oración introductoria:
Señor, «ayúdame a amarte más, a quererte más, a buscar solamente lo que
a ti te agrade». (Carta del P. Álvaro Corcuera L.C., Acompañando a Cristo Rey en
la oración).
Petición:
Jesús, que esta oración sea alimento de mi vida, para que pueda dar a
los demás, lo que escuche en este rato de oración.
Meditación:
"…Y se compadeció de ellos". El Evangelio nos hace ver que Jesús es
misericordioso. Su compasión le hace conmoverse ante los sufrimientos y
necesidades humanas. Su piedad se expresa también por el perdón de nuestras
infidelidades y culpas. Más aún, Jesús experimenta alegría al poder ofrecernos
su misericordia. Leyendo de nuevo el Evangelio nos daremos cuenta que la gente
se fue corriendo para alcanzar a Jesús. ¿Y nosotros? ¿Buscamos al Señor de la
misma manera? Los sacramentos son el lugar privilegiado donde le podemos
encontrar. Ojalá esta meditación sirviera de preparación para hacer una
confesión excelente, distinta de las acostumbradas, profunda y sincera. Si Dios
es misericordioso con nosotros, debemos entonces tener también misericordia unos
con otros. Pidamos al Señor perdón por tantas impaciencias, por la violencia
oculta que existe dentro de nosotros, pidamos perdón por tantos juicios
temerarios sobre los otros, por las veces que no hemos sido compasivos con los
demás, por el sufrimiento que hemos podido provocar en los que nos rodean.
¡Señor ten compasión de mí y enséñame a ser misericordioso!
Reflexión apostólica:
Nuestro carisma se realiza en el amor. Estamos llamados a ser apóstoles
de la caridad. El sí amoroso a Cristo, conlleva un sí a los demás hombres. Para
el miembro del Regnum Christi el apostolado y la caridad son una misma cosa.
Propósito:
Atenderé las necesidades de los demás con generosidad y alegría.
Diálogo con Cristo:
Señor, no dejes que me olvide que amor con amor se paga. Dame tu gracia
para vivir amando, con un amor contemplativo y activo, que se traduzca en celo
apostólico y caridad universal que no se reserve nada.