San Lucas 5, 27-32:
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

Autor: Regnum Christi

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Evangelio: an Lucas 5, 27-32:

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: “¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?”. Jesús les respondió: “No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.


Oración introductoria

Jesús, con frecuencia me encuentro distraído por efímeros intereses terrenos. Ayúdame a seguirte más de cerca en el Regnum Christi. Que esta Cuaresma viva centrado en tu amor oblativo e infinito que te llevó a morir crucificado.

Petición

Jesús, ayúdame a responder a mi vocación en el Regnum Christi y a vivir a fondo mi misión en él.

Meditación

El Evangelio nos hace ver que Cristo supo siempre esperar y comprender a los demás. Cristo acogió a los pecadores con un corazón bondadoso. Nunca se puso a hablar mal de ellos. Aunque conocía sus pecados, no los difundió. Trataba a todas las personas con tal comprensión y bondad, que sintiéndose acogidos y no juzgados, le escuchaban gustosamente. ¡Cuántas conversiones logró el Señor con su amor!

En realidad, muchas veces podemos también nosotros comportarnos como los fariseos y juzgar mal a los demás. Podemos llegar a creernos mejores y despreciar a los otros. Preguntémonos cómo tratamos a los demás. ¿Somos despectivos en nuestro trato? ¿Les damos a los otros la posibilidad de cambiar? ¿Ayudamos a mejorar a los demás?

Busquemos en esta Cuaresma crecer en un corazón bondadoso, que piense bien de todos. Seamos siempre promotores de lo bueno. ¿No será que con nuestra caridad podríamos acercar a más personas a Cristo?


Reflexión apostólica

Dejemos que nos interpele la cruz de Cristo. No tengamos miedo de morir para dar fruto. El crecimiento en la santidad personal y la extensión del Reino de Cristo, dependen en gran parte de nuestra capacidad de abnegación y sacrificio.

Propósito

Cuando piense mal de alguien me esforzaré por difundir tres cosas buenas de esa persona.

Diálogo con Cristo

Señor, ayúdame a vivir siempre en clave de dar, a no buscar ser consolado, sino consolar; a no ser comprendido, sino comprender; que no espere ser amado, sino que me dedique a amar.