San Juan 15,26-16,4:
El Espíritu de verdadAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio: San Juan 15,26-16,4:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el
Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de
verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán
testimonio, pues desde el principio han estado conmigo. Les he hablado de estas
cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta
llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo
harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas
cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo
había predicho yo”.
Oración introductoria:
María tú que fuiste una mujer de vibrante
fe, ayúdame a hacer esta oración inmerso en Dios. Educa mi corazón en la escucha
y en la generosidad, que me abra como tú a todas las luces del Espíritu Santo.
Petición:
María Santísima, tú eres la Madre del
buen consejo, tú que enseñaste al corazón humano de tu Hijo las virtudes,
alimenta en mí aquellas virtudes más necesarias para un cristiano.
Meditación:
Todo lo que tenemos nos ha sido dado por
Dios para hacernos felices en este mundo y para ayudarnos a llegar al cielo.
Pero entre todos los regalos que Dios nos ha dado, destaca uno: el bautismo. El
bautismo borró de nuestra alma el pecado original; nos dio los dones del
Espíritu Santo; nos hizo hijos de Dios y miembros de la Iglesia; nos otorgó la
gracia santificante, la cual nos hace capaces de creer en Dios, de esperar en Él
y de amarlo mediante las virtudes teologales. De manera que toda nuestra vida
sobrenatural como cristianos tiene su raíz en el santo bautismo. Sin embargo, la
acción del Espíritu Santo iniciada en nuestras almas el día de nuestro bautismo,
sólo podrá transformarnos si le permitimos cambiarnos por dentro. Por eso es tan
importante recibir con frecuencia los sacramentos y recurrir a la vida de
oración. Ahí nos espera Dios, en el silencio de nuestro corazón para hacernos
oír su voz. En la Virgen María tenemos el modelo más acabado de amor a Dios, de
colaboración con la gracia, de entrega a la vida interior y a la oración. Que
ella nos enseña a hacer vida todo lo que Jesús nos enseña en el Evangelio.
Reflexión apostólica:
El miembro del Regnum Christi busca
disponer la propia persona de la mejor manera posible para que el Espíritu Santo
pueda elevarla con su gracia. Aprovechemos todos los medios de formación,
asistiendo a ellos puntualmente y ofrezcamos el esfuerzo de formación como
apostolado.
Propósito:
Ejercitarme hoy en la vivencia de las
virtudes teologales. Crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad pidiendo a
Dios nuestro Señor que me ilumine para encontrar los medios para siempre creer,
esperar y amar auténticamente a todas las personas en mi entorno.
Diálogo con Cristo:
Jesús, no dejes que me venzan la pereza o
el desaliento. Dame tu gracia y el amor que me mueva a hacer rendir todos mis
talentos por ti y por tu Reino.
«Incrementen la dimensión contemplativa de su espíritu, para percibir la
presencia del Espíritu Santo» (Cristo al centro, n.813).