San Mateo 12,38-42:
Jesús me llama a ser santoAutor: Regnum Christi
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Evangelio:
San Mateo 12,38-42:
En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos:
“maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa”. Él les respondió: “Esta
gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le
dará, será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres
días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre
estará tres días y tres noches en el seno de la tierra. Los habitantes de Nínive
se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos
se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que
Jonás. La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la
condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la
sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón”.
Oración introductoria:
Señor, tú me has elegido antes de la
creación del mundo, para ser santo e inmaculado en tu presencia, en el amor; me
has elegido de antemano para ser tu hijo adoptivo por medio de Jesucristo.
Gracias Señor por tu llamada.
Petición:
Jesús, dame la gracia de convertir mi corazón todos los días un poco
más.
Meditación:
Si un día se nos invitase a una audiencia personal con el Papa, nos
prepararíamos para esa cita y estaríamos muy atentos a todos los detalles. Pues
bien, delante de nosotros tenemos al mismo Jesús. Lo encontramos en la
Eucaristía, en la Sagrada Escritura, en los sacramentos. Tenemos entre nosotros
al Hijo de Dios. ¡Con qué reverencia, adoración, afecto y fervor debemos
acercarnos a Él! Cuando acudamos a la santa Misa, especialmente en el momento de
la consagración, dígamonos: ¡Aquí hay alguien grande! ¡Aquí está Jesús conmigo!
La conciencia de la grandeza de Dios nos ha de mover también a la conversión.
Ese Dios que me ama, que murió por mí, me ofrece su gracia todos los día para
que le corresponda y ame con todas mis fuerzas. El pensamiento de que un día
seremos juzgados por este Dios que me da todo su amor no es una amenaza, tampoco
es una verdad que ha de infundirme miedo o que me obligue a vivir asustado. No.
Es una llamada a orientar nuestra libertad hacia aquello que nos hace
verdaderamente santos.
Reflexión apostólica:
El miembro del Regnum Christi colabora activamente en la vida
parroquial, participando en las celebraciones, apoyando a los párrocos en sus
proyectos y necesidades y poniendo toda su iniciativa apostólica al servicio de
la Iglesia local. ¡Seamos miembros activos de la Iglesia!
Propósito:
Escoger siempre lo que le agrada más a Dios, aunque a mí me desagrade.
Diálogo con Cristo:
Jesús, cuántas veces no me doy cuenta de tu amorosa presencia entre
nosotros. Me olvido de que te tengo siempre en mi corazón por la presencia de la
gracia santificante en mi alma, no me percato de la grandeza del don de la
Eucaristía y me olvido de visitarte más seguido. Gracias por tu paciencia,
quiero amarte más el día de hoy. Estaré más atento a hablar contigo durante el
día. Dame tu gracia para vivir pendiente de agradarte en todo
«Clava en tu corazón la inquietud del amor a Dios sobre todas las cosas» (Cristo
al centro, n. 274).