Solemnidad: Jesucristo. Rey del Universo
XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Juan 18, 33-37: Tú lo has dicho. Soy rey.Autor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según San Juan 18, 33-37:
En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: «¿Eres Tú el rey de los
judíos?» Jesús le contestó: «¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho
otros?» Pilato le respondió: «¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos
sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?» Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores
habrían luchado para que no cayera Yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no
es de aquí».
Pilato le dijo: «¿Con que Tú eres rey?» Jesús le contestó: «Tú lo has dicho. Soy
rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la
verdad, escucha mi voz».
Oración introductoria
Señor mío, Tú eres mi Dios, mi Señor, mi Redentor. Quiero que seas mi
Rey, mi Dueño en todo. Toma mi libertad, mi voluntad, mi mente y mi corazón.
Quiero que Tú imperes en mí con la fuerza de tu bondad, de tu misericordia y de
tu caridad. Aleja de mi alma todo aquello que me separa de Ti y ven a instaurar
tu Reino en mi corazón.
Petición
Jesús, ayúdame a luchar todos los días para hacerte reinar más en mi
corazón y en el de los demás. ¡Venga tu Reino!
Meditación
El Evangelio del último domingo del año litúrgico nos presenta un
pasaje de la Pasión del Señor. Jesús responde claramente a Pilato que Él es rey.
¿Cómo se comporta este rey en los últimos momentos de su vida? No hay en Él
ningún gesto de orgullo o enojo, de ira o amenaza. El Señor nos enseña que en la
humildad y en el servicio está nuestra grandeza. Ponerse al servicio de este rey
significa modelar la propia vida para hacerla semejante a la suya, implica vivir
en clave de donación y poner todo lo que se tiene y se es al servicio del Reino
de Dios. Es tratar a los demás como Cristo Rey, sirviéndoles con bondad y
misericordia. Así se logra ser auténticamente cristiano y se vive a la manera de
Dios.
Acudamos con frecuencia a adorar a nuestro Rey en la Eucaristía. En la Hostia
consagrada Cristo está verdaderamente ante nosotros y entre nosotros. Se oculta
en silencio y con humildad nos invita a recibirle en nuestra vida. ¿Estaremos
dispuestos a reconocerle como verdadero Señor y como Rey?
Reflexión apostólica
Hemos de ser decididos y audaces por Cristo nuestro Rey. Tenemos que
ganarle un imperio y para esto hay que comenzar dándole un imperio en nuestro
corazón. Fomentemos en nuestros apostolados el espíritu de lucha, trabajando de
modo constante con valor y entusiasmo para servir del mejor modo a nuestro Señor
Jesucristo.
Propósito
Seguir fielmente a mi conciencia para hacer reinar a Cristo en mi
corazón.
Diálogo con Cristo
Jesús, quiero ofrecerme incondicionalmente para trabajar por los
intereses de tu Reino en todo momento. Ayúdame a buscar dar frutos apostólicos
concretos, tangibles, efectivos y abundantes.
“Solamente hay garra apostólica cuando Cristo es rey del corazón.” (Cristo al
centro, n.175)