II Domingo de Pascua. Ciclo A

Juan 20, 19-31: A los ocho días estaban reunidos los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús y dijo a Tomás: Trae tu dedo, trae tu mano y métela en el costado. San Juan, cap. 20.

Autor: Padre Marcelino Izquierdo OCD

 

 

 A los ocho días estaban reunidos los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús y dijo a Tomás: Trae tu dedo, trae tu mano y métela en el costado. San Juan, cap. 20.

 

Fácilmente si no hemos dicho, sí hemos oído más de una vez esta frase: “se quedó in albis”.  Lo que quizás, parte de nosotros, desconozca cuál es el origen de la misma. Pues, ni más ni menos, se fundamenta en este segundo domingo de Pascua, que celebramos hoy. A los catecúmenos que recibían el bautismo en la Vigilia de Pascua, se les imponía una vestidura blanca. Vestidura blanca que llevaban durante ocho días. Es decir, hasta el día de hoy. Al despojarles, como es natural, se quedaban sin ella. De ahí viene la frase “in albis”. Sin ella.

 

Asimismo en correr de os tiempos, cuando a una persona, se le había despojado de sus cosas, se la ha dejado sin nada, o casi sin nada, se diga de ella, que está “in albis”.

 

Esta costumbre, la de imponer al bautizado la vestidura blanca , perdura hasta  el día de hoy. Al niño en el bautismo, en un momento dado, cubre la cabeza con un paño o una vestidura blanca, la mismo tiempo que se le dice:”Recibe esta vestidura blanca como signo de tu dignidad de cristiano… consérvala sin mancha hasta la vida eterna”.

 

En el evangelio de hoy encontramos como dos escenas bien diferenciadas. Pero, a la postre, vienen, como a complementarse  la una a la otra. En las dos encontramos